the other me; 2jin ☾ [loonaverse]

Capítulo 9

Edén: (Hora 148, 928)

Primer ángel

¿La libertad estaba sometida a la obediencia?

Así como aquellas reglas de trueque destinadas a condicionar bienes objetos, la libertad muchas veces funcionaba como un bien más dentro del mundo que conocía.

La habían desterrado, condenada a recibir desprecios y hostigamientos hasta que hallara una forma de resarcir su "error".

"Error" que le había costado cada una de sus memorias. Las que gracias a su ingenio y algunos trucos sucios bajo la manga, logró recuperar.

Flashback

La gran mansión amarilla ante ella era su nueva prisión, pero dentro de su propio instinto había conseguido evadir la seguridad celestial que rondaba por los pasillos, vigilando sus pasos.

Necesitaba explorar el terreno, conocer sus posibilidades, y sabía que no podría hacerlo sola.

Aquellas líneas de luz dispersas en el bosque se distorsionan con cada paso ¿Qué clase de mundo era ese? no tenía idea, pero mientras más lejos se hallaba de la mansión las líneas se hacían cada vez más gruesas, como indicándole que existía un destino final.

En medio de los árboles más grandes del lugar, avistó un extraño portal sospechosamente abierto.

"¿Hay alguien ahí?" preguntó.

Pero el lugar parecía despejado desde la perspectiva lejana que aún tenía, debía entrar.

¿Qué sería aquello? ¿Alguna oportuna falla en el universo? Sus recuerdos estaban muy borrosos como para saberlo, trató de forzar su mente, pero una voz la desconcentró mientras veía los alrededores de una extraña pista llena de lo que no pudo describir más allá de "zapatos con ruedas".

—"¿Hola, es tu primera práctica? nunca había visto chicos por aquí"–por alguna razón la pequeña de cabello rosa con ojos iluminados, le estaba hablando en masculino

—"H-hola, disculpa ¿De casualidad, ves algo pasando esta pared?"-respondió

Sabía que tenía que elegir sus palabras cuidadosamente, para estar segura de no asustarla.

—"Pues...supongo que un cielo muy hermoso debe brillar ahí afuera ¿te encuentras bien? Pareces desorientado"– preguntó Kahei con intriga en su mirada al ver a quien ella percibía como un muchacho

—"Estoy perfecto, gracias"– se limitó a seguirle la corriente

Ya sea por una ataque de suerte o casualidad, había encontrado el medio que necesitaba para escapar de aquella prisión. Un corazón puro del qué alimentarse.

Estaba limitada a aquella pista de patinaje y mientras más tiempo sus memorias se conviertan en lagunas, más le costará recordar los pasos que aún rescataba para recuperarla por completo.

Así que los apuntó.

Cada día con Kahei era uno más de cercanía, confianza y cariño.