CAPÍTULO 6

24 1 0
                                    

-¿Cariño?-preguntó mi madre mientras entraba en mi cuarto.

Yo no podía dormir dándole vueltas a toda aquella locura. No había hablado con mi pa... Carlos desde que Isliah me contó que él no era mi verdadero padre. La cuestión es que no sabía cómo reaccionar o qué decir. Lo poco que me preguntaba solo requería una respuesta de sí o no y a esa pequeña conversación me aferraba. Lo peor es que mi madre lo había notado.

-Cariño.-volvió a decirme para que la mirara una vez que estaba ya sentada al píe de mi cama.- ¿Qué es lo que te pasa con tu padre? He notado que ya no hablas como antes con él. Tu padre está muy triste porque piensa que es por su culpa. Lucía ¿qué ocurre?

No quería mirarla a la cara. ¡Me había mentido! Pero, a pesar de todo, era mi ma-dre y merecía mi respeto y aquello era claramente una falta de respeto por mi parte. Así que, son toda la suavidad que pude, le pregunté:

-¿Cuándo ibas a decirme que Carlos no es mi padre?

Recuerdo que mi madre se puso blanca, tan blanca como la pared.

-¿Quién te ha dicho semejante tontería?-preguntó con una sonrisa forzada para que no notara que la había dejado perpleja.

-Isliah.

Al pronunciar aquel nombre su rostro cambió. Ya no intentaba ocultar su sorpresa. Era, ahora, tan clara y transparente como el cristal de una ventana.

-¿Dónde has escuchado ese nombre?

-Ángel es en realidad Isliah.

-Eso es imposible. Isliah es famoso por no cambiar jamás su recipiente y Ángel es uno diferente al que ocupaba cuando lo conocí.

-¿Tú lo conocías?

-Sí. Hace tiempo mi alma estaba amenazada por un ángel caído llamado Araxiel y me nombraron caso prioritario para Isliah.

-Ese pequeño detallito no me lo ha contado.

-¿Qué es lo que te ha contado exactamente?

-Que Carlos no es mi padre. Que mi verdadero padre es uno de los cuatro grandes arcángeles y que soy una llave que inclinará la balanza de la batalla entre el cielo y el infierno hacia un lado o hacia el otro. Según como muera.

-Está bien. Si el te lo ha contado es porque te habrá visto preparada para saberlo.

-¿Así que contestarás a todas las preguntas que te formule sin volver a mentirme?

-Jamás te mentí, Lucía. Ocultar información no es mentir.

-Para ti. Para mí, viene a ser lo mismo. Bien pues, primera pregunta. ¿Cómo co-nociste a mi padre?

-Conocía tu padre estando estudiando en el primer año en la facultad de Granada. Estudiaba periodismo y ambos estábamos en la misma clase. Enseguida nos enamora-mos. Era tan encantador y deslumbrante que...

-Siempre son encantadores y deslumbrantes.-comente en voz alta cortando a mi madre y dándole a entender que a mí me había pasado lo mismo con Isliah.

Tras sonreírme ligeramente continuo sin hacer mayor caso a mi comentario.

-Sin darnos cuenta habían pasado ya cuatro años desde el inicio de nuestra rela-ción. Poco después de nuestra graduación le confesé que estaba embarazada y, al prin-cipio, él estaba muy contento e ilusionado y me confesó su gran secreto. No me importó lo más mínimo. Yo le quería. Pero entonces empezaba a estar más en el cielo que con-migo y cuando naciste no fue mucho mejor que digamos. Cuando tenías dos años conocí a Carlos y me enamore de él y él de nosotras, así que se lo conté a tu padre y él se marchó dejándonos a salvo y bien protegidas con Carlos. Tú en seguida le empezaste a llamar papá y eso le encantaba y decidimos no decirte nada.

DESTINO I - AGUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora