Fue necesaria la participación de todos para trasladar el cuerpo de Celia a la planta baja de White Rock House. La cuerda estaba enrollada en las vigas más altas de la torre, y tenía un extremo atado firmemente al pasamanos de las escaleras que llevaban a la buhardilla. Era un nudo marinero, y a Kiara le sorprendió que Celia hubiera sido capaz de asegurar el nudo y de enrollar la cuerda en las vigas mientras estaba sumida en lo que sin duda debía haber sido un estado de ánimo de auténtica angustia.Los chicos descolgaron poco a poco el cadáver, mientras Kiara y Kate esperaban a los pies de la escalera. Kiara había encontrado en un armario unas sábanas con las que podrían envolver el cuerpo y, con la ayuda de Kate, extendió una en el suelo mientras el cadáver descendía hacia ellas.
El horror del suicidio de Celia no era nada comparado con la visión de su cuerpo siendo descolgado desde lo alto. Se movía y se balanceaba como una marioneta rígida y grotesca, mientras los chicos se esforzaban por controlar su peso. La oscura figura se fue haciendo más y más grande a medida que se acercaba, con su melena revuelta colgando a un lado de su cara. Las vigas crujían y protestaban con cada giro del cadáver, primero hacia la izquierda, para luego volver a la posición inicial con rapidez antes de girar de nuevo.
Kiara sintió que le formaba un nudo en el estómago cuando sintió los pies de Celia justo encima de su cabeza. Sue fue hacia atrás y bajó la mirada para no ver otra vez el rostro violáceo y los ojos sin vida. Apartó la vista hasta que oyó el sonido que producía el cuerpo al tocar el suelo.
En lo alto de la torre, los chicos percibieron el cambio en el peso y soltaron la cuerda, dejándola caer entre sus manos. De golpe, el cadáver se derrumbó, inerte y rígido. Kiara y Kate se apartaron al ver que la cuerda iba a caerles encima.
-¡Perdón! -gritó Denis desde arriba-. ¿Estáis bien?
-Sí -respondió Kate-. Estamos bien.
Todos estamos bien, excepto la muerta, pensó Kiara mientras extendía una segunda sábana para cubrir a Celia.
Se había quedado boca abajo, con el brazo izquierdo tapado por el resto del cuerpo y el derecho torcido de forma antinatural a la altura del hombro. Parecía una muñeca que alguien hubiera roto en varios trozos para luego volver a colocarlos al revés. El nudo corredizo seguía en su cuello y la cuerda había caído sobre el cadáver formando círculos.
Kiara colocó la sábana sobre Celia. A continuación, Kate y ella doblaron la sábana por los extremos, hasta que quedó como una especie de bulto momificado.
Denis, Ryan y Álex se reunieron con ellas, seguidos por Dimitri.
-¿Deberíamos decir alguna oración? -preguntó-. Creo que sería lo mejor.
-¿Sabes alguna? -le preguntó Kate.
-Eh... -Dimitri se rio-. No.
-Estamos aquí para decir adiós a Celia Cooper -dijo Kev, desde lo alto del primer tramo de escaleras. Se había hecho cargo del duelo-. Nunca más la veremos sonreír. Nunca más escucharemos su voz... Desearía... -se interrumpió, ahogando el llanto. Hizo una pausa y se pasó el dorso de la mano por los ojos-. Desearía que hubiéramos llegado a conocernos mejor. Podríamos haber sido...
Su voz se apagó. Kiara vio que Dimitri se movía incómodo, cambiaba el peso de su cuerpo de un pie a otro mientras miraba a su amigo sin decir nada.
-Bueno, quienquiera que haya hecho esto, quienquiera que lo haya causado... -siguió Kev después de un momento-. Lo va a pagar.
Kiara hizo una mueca. Era la segunda vez en menos de un día que alguien mencionaba el deseo de venganza. Como si en aquella casa hubiera una extraña vibración. Kiara comprendía que Kev estaba destrozado, pero ¿no podía aceptar el hecho de que Celia se había suicidado en lugar de buscar un culpable?