Capítulo NUEVE.

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Mientras todos permanecían inmóviles en sus asientos, incapaces de reaccionar, la pantalla se llenó de estática. Kate fue la primera en romper el hechizo. Se levantó de un salto y apagó la televisión con mano temblorosa.

-¿Qué coño era eso?

Ryan empezó a rascarse la rodilla.

-¿Será cosa de Jessica, que quiere gastarnos una broma?

-¿Puñalada por la espalda? ¿Destrucción de una persona? -La voz de Milagros parecía haber subido una octava-. ¿Alguien sabe siquiera qué significa eso?

-Puedo decir con toda seguridad que esto es lo más extraño que he visto en mi vida -dijo Denis.

-¿Problemas matemáticos? -soltó Dimitri, con una risa que sonó tensa-. ¿Y un nudo corredizo? O sea, es sola una broma, ¿no?

-Una broma de mal gusto -dijo Álex. Seguía mirando la pantalla en negro, con los músculos de la mandíbula fuertemente apretados.

-No es posible que tenga algún significado -murmuró Maddy, mirando fijamente Milagros.

Desde un rincón de la estancia, alguien sollozó. Todos se volvieron hacia allí. Celia estaba sentada en el banco que había junto a la ventana, frotándose desesperadamente un lado de la cara. Tenía los ojos rojos e hinchados, y unos lagrimones le caían por las mejillas.

-Celia, ¿estás bien? -le preguntó Kev. Se levantó del sofá con una demostración de agilidad que a Kiara le pareció increíble y corrió a su lado.

Le puso la mano en el hombro y Celia se sobresaltó como si acabasen de despertarla de un sueño profundo. Había una mirada en su cara que Kiara solo podría describir como de pánico. Sin previo aviso, cerró los puños y aporreó el banco de madera.

-¿QUIÉN HA HECHO ESTO?

Todos se quedaron pasmados. Aturdidos.

Dimitri dirigió su mirada hacia la pantalla.

-¿Cómo?

-Ha sido uno de vosotros. Para asustarnos. -Celia miró a su alrededor, sin fijar la vista en nada-. Necesito... necesito... -Vio la cerveza que Denis había puesto a su lado y se la ventiló de un trago.

-Estoy segura de que no es nada -dijo Milagros, aunque su voz no sonó muy convencida-. Cálmate, ¿de acuerdo?

-¿Que me calme? -exclamó Celia, y agarró a Milagros por los hombros-. Alguien quiere asustarnos. Alguien va a por nosotras...

-No, por favor... -susurró Maddy, observando la pantalla totalmente negra.

Kiara arqueó las cejas. ¿Se refería Celia a todos ellos, o solamente a Milagros y a sí misma?

Milagros se liberó de las manos de Celia.

-Eso es ridículo.

-¿Ah, sí? -Celia se tampaleó un poco y buscó el apoyo de la pared para sostenerse-. ¿Crees que esto es una coincidencia? Sé lo que significa. Sé lo que hiciste.

-¿Perdona?

-Lo que le hiciste a esa chica el año pasado. Todo el mundo se enteró.

Milagros se estremeció:

-No sé de qué estás hablando.

-¿De verdad? Por favor. Apuñalarías a tu propia madre por la espalda por ganar esa competición.

Ryan se inclinó hacia Kate.

-¿A qué viene ese ataque de nervios? -preguntó.

Álex salió de su ensimismamiento y se incorporó lentamente.

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