― ¿Qué quieres? Suéltame―dije sin ni siquiera voltear y abriendo la puerta de mi casa
― ¡Alexa! Mírame por favor―volteé y él soltó mi brazo
― ¿Qué carajo quieres? ¿Podrías irte?
―Alexa, basta... ¿Tienes algo? ¿Puedo ayudarte?
―Mira, siento mucho haberte tirado mi bebida encima ¿sí? Simplemente, me enojé mucho, esa palabra es un asco, la odio...y por cierto, siento haberte dicho qué te odiaba, ahora si me permites...―me interrumpió
―Ahora sí me permites, voy a entrar―y eso hizo―Es una casa grande para sólo una persona ¿no lo crees?
―Claro qué lo es...―lo miré y me di por vencida― ¿Vodka, tequila, whisky, agua? ¿Qué te ofrezco?―él sonrió y se sentó en un sofá
―Me debe un vodka señorita Castillo
―Sale un vodka―sonreí
Fui al mini bar y saqué una botella de vodka, junto a dos vasos con hielo y los llevé a la sala; Los serví en la mesita de centro qué tenía en la sala y sentí la mirada de Gabriel.
―Toma―le extendí el vaso, recordé el arma y moví mi bolsa al sofá en donde me iba a sentar
―Es extraño verte con ropa así Alexa, pero te ves muy bien, menos formal y menos estresada―Reí y tomé de mi vaso
―Muchas gracias Gabriel ¿pero que me dices de ti? Que casual te ves, ya veo porqué tienes babeando a tu secretaria―se tensó un poco y carraspeó
― ¿Qué dices? Por Dios Alexa, no digas estupideces
―Gabriel, no soy una niña y soy muy observadora, sé qué entre ustedes dos hay algo...además ella es muy obvia ¿crees que no me he dado cuenta de cómo se molesta cuando salimos a comer?―tomé de mi vaso y lo terminé para volver a servirme más y luego a Gabriel
―Alexa, yo no...―lo interrumpí
―Descuida, no diré nada
―Pero entre ella y yo no existe nada
―Dejemos ese tema―volví a servirnos
― ¿Ya sabes qué te pondrás para la reunión en el club?
―Iré a comprar la próxima semana, no tengo prisa ¿tú?
―Soy hombre, todo lo arreglo más fácil―tomó la botella y sirvió a ambos vasos
Así seguimos hablando unas dos horas más, hablamos algunos temas de la empresa y sobre la reunión, pero nada personal, él sabía qué no podía meterse ahí, cuando dieron las tres de la mañana se dio por terminada la conversación y Gabriel se fue de mi casa.
―Hasta al rato Alexa
―Hasta al rato Gabriel―se acercó a besar mi mejilla
Una vez que Gabriel arrancó su auto, cerré la puerta y subí a dormir, estaba realmente cansada y algo mareada.
*
*
*
Había pasado una semana, era viernes y estaba conduciendo a casa de Alarcón, en cuanto llegué el perro de la entrada cómo me gusta llamarles a los hombres de Alarcón, me abrió y dejó que aparcara mi auto en el gran patio de la mansión.
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La decisión
ActionAlexa Castillo Doblás, una joven de 24 años, muy bella, cuerpo envidiable, pero...es parte esencial de la familia Castillo, ellos son fundadores de los Fermatta que es la organización de mafiosos más grande que hay en New York. Gabriel Zárate Díaz...