Capítulo 23

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Me moví un poco y mi cuerpo dolió inmediatamente. Escuché unas voces muy fuertes para mi gusto, agudicé el oído y reconocí la voz de mis hermanos.

Tomé mi celular de la mesita y vi que eran la una de la madrugada, fruncí el ceño y me levanté para saber que ocurría, prendí la lámpara y tomé las muletas, me apoyé en ellas hasta llegar a la puerta de la habitación en la que se habían quedado mis hermanos.

Acerqué mi oído a la puerta para escuchar más.

―Aun no entiendo como le dijiste eso―escuché decir a Derek

―Sabes como es de necia, me tenía harto maldita sea... ¡Igual que ustedes!―gritó mi padre del otro lado del teléfono

―Es la única hija qué te queda viva y la tratas de esa forma... eres un hijo de puta―le dijo Elí notoriamente enfurecido

― ¡Ten cuidado en cómo me hablas! ¡No sé ni que carajo hago justificando lo que dije con ustedes!

― ¡Nos tienes hartos a todos, maldita sea!

― ¡Cállate! No voy a seguir discutiendo con ustedes, necesito que regresen lo más pronto posible, el grupo de la academia no se puede quedar solo Derek y Elí, tengo una comisión para ti

― ¡Vete a la mierda!―le contestó Derek y yo alcé las cejas sorprendida, ya que él nunca le había contestado de esa forma

― ¡En tu vida me vuelvas a decir algo así!―abrí la puerta silenciosamente y vi que Derek colgó la llamada molesto

―Les dije que no se metieran en problemas por mí―inmediatamente me miraron

―No nos íbamos a quedar así y lo sabes bien―me dijo serio Derek

―Lo que menos quiero es que las cosas en casa se pongan tensas...

―Lo sabemos―me abrazó Elí―disculpa por despertarte Alexa

―No hay problema, tengo que volver a dormir, mañana estaré todo el día ordenando el reporte que le llevaré a Alarcón... por cierto, consíganse un traje bonito, mañana conocerán al estúpido jefe de los League

―No queremos interrumpir en tu avance Alexa y menos ahora que papá...―lo interrumpí

―Sólo consigan un traje, por la mañana hablamos―sonreí y regresé a mi habitación

Nos encontrábamos en la mansión que habitábamos hace años, donde sucedió la tragedia. Me encontraba con Marlene jugando a las escondidas en el jardín y me tocaba contar hasta 10.

― ¡No hagas trampa Alex! ¡Cuenta fuerte!―me gritaba mientras corría a esconderse entre unos arbustos

―Uno...dos...tres...cuatro...cinco...seis...siete...

― ¡Alexa! ¡Ayúdame!―gritaba mi hermana desesperada e inmediatamente traté de ubicar donde estaba

Corrí hasta ella y vi que el jefe de los Tekimú la golpeaba.

― ¡Déjala maldito! ¡Esta vez no le harás nada!

―José Castillo pagará haberse metido conmigo―le apuntó a Marlene

― ¡Mar, cuidado!―grité desgarradoramente y me tapé la cara con las manos, para después sobresaltar cuando escuché dos disparos

Quité las manos de mi rostro y vi a Marlene con los orificios sangrando y los ojos abiertos.

La decisiónWhere stories live. Discover now