La decisión

Capítulo 11

Me encontraba en el cementerio colocándole unas flores a la tumba de mi hermana, mamá había insistido en acompañarme, pero después de decirle que a mí me gustaba ir sola a verla, entendió y prometió no volver a comentarlo.

―Mar... te extraño mucho, no tienes idea de cuantas veces he deseado ser yo la que se encuentre en este lugar y no tú, mi vida ha sido tan vacía desde que no estás, tenías tanto por vivir mi niña...¿por qué no fui yo maldita sea? ¡¿Por qué?!―grité

Cómo cada vez que venía al cementerio a verla, lloré, lloré de frustración, de tristeza y sobre todo de enojo.

―Aún no sabemos dónde se encuentran esos malditos de los "Tekimú", pero los estoy buscando hermanita, te lo juro que sí, yo te prometí que esto no quedaría así y que iba a matar al jefe de esa estúpida organización o a alguno de su familia y lo voy a cumplir.

*FLASHBACK*

Después de velar a mi hermanita toda la noche y parte de la mañana, me encontraba en el cementerio, estaban dándole cristiana sepultura a mi hermana, fue privado, sólo estábamos mis padres y hermanos, el sacerdote no dejaba de hablar sobre que el alma de mi hermana descansara en el reino de los cielos y por su bien esperaba que así fuera, al menos quería que ella descansara.

Una vez que mi hermana estaba enterrada varios metros bajo tierra y le habíamos puesto flores, el sacerdote se fue y nosotros nos quedamos ahí.

Mis hermanos y madre no dejaban de llorar y mi papá trataba de darles animo mientras se le escapaba una que otra lágrima, por mi parte estaba apartada de ellos, viendo fijamente la tumba de mi hermana, sin soltar ni una sola lágrima, sólo mirándola con la esperanza de que todo fuera una horrible pesadilla y que al irme de aquí iba a despertar.

Desgraciadamente ese momento nunca llegó y mis padres y hermanos decidieron que era hora de marcharse.

―Alexa, es hora de irnos―dijo mi padre

―Voy a quedarme un poco más

―Ya es muy tarde

―No me importa, voy a quedarme―dije con firmeza

―Hermana, ya vámonos―me dijo Elí queriéndome jalar

― ¡Déjenme en paz! ¡Les digo que me voy a quedar un momento más! ¡Váyanse!―grité y a mi madre se le salieron más lágrimas

Resignados, empezaron a caminar y Derek se quedó hasta lo último para abrazarme.

―Llora lo que tengas que llorar hermanita, estaré esperándote en la salida ¿está bien?―miré a Derek y le regalé una sonrisa agradecida cuando me soltó.

Derek se marchó y cuando estaba segura de estar sola comencé a llorar.

Lloré desgarradoramente, me tiré al piso y abracé la lápida en la que estaba marcado el nombre de mi hermana, la fecha en la que nació y en la que había fallecido... ¡No! La fecha en la que la habían matado, la fecha en la que le habían arrebatado sueños e ilusiones a mi pequeña niña de 10 años.

"Quererte ha sido fácil, olvidarte es imposible" "Te amamos Mar" Esas palabras escritas en su lápida me rompían el corazón, no podía creer que estuviera pasando, Marlene sólo tenía 10 años, nunca supo qué su familia estaba metida en la mafia, nunca supo la mierda de vida que tenía... y eso estaba bien, de cierta manera me hacía sentir que descansaba sin la furia que yo tenía de saber que por culpa de mi padre y su organización había muerto mi hermanita.