Capítulo 10: Inseguridades

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El Becker se paseaba contento por entre mis piernas, saltando en sus dos patas, casi botándome mientras caminaba. El weón estaba contento por verme de vuelta y yo insensible de mierda, no le hice cariño al subir al puente así que ahora me cobraba atención.

- Ya, weón... Jajaja- trataba de calmarlo haciéndole cariño, pero el perro hueón en vez de recibirme la caricia, me seguía la mano con la mirada y no me dejaba tocarle la cabeza.

- Nico, no te quedí atrás- me llamó el Edgar

- Sorry, es que el Becker...- me excusé entre risas, mientras el perro seguía saltándome encima y yo haciendo equilibrio con mis cosas y ropa.

- ¿Te ayudo?- me preguntó como todo un príncipe azul, quitándome la mochila y llevándosela al hombro.

- Gracias- le sonreí aliviado.

- Aweonao...- escuché al Jaime gruñir al pasar al lado mío.

Lo miré con odio y partí corriendo detrás del Eddie.

Me puse cariñoso de nuevo con el Edgar. Quería que me atendiera, me hiciera nanai como antes... Me hizo falta el weón allá abajo, y recibir un poco de amabilidad del otro weón, me hizo sentir extraño. Es súper tonto e irracional lo que les voy a contar, pero me sentí medio infiel, abajo con el Jaime, siendo amistoso conmigo, entonces como que tenía que remarcar territorio y recordarme a mí mismo que me gustaba el Edgar. Es súper imbécil, si sé... Pero yo trataba de no pensar en ello, es más, la reflexión la hago ahora que cuento esto, en ese momento ni por si acaso se me pasaba por la mente.

Bueno, siguiendo con lo de antes... Continuamos caminando en patota con nuestras cosas a la rastra, hasta que encontramos unas de estas camionetas normales con la parte de atrás al aire pa dejar las weas. Era de a cuatro la cuestión, así que tiramos nuestras cosas, junto con el Peshoh, el Bestia, el Yelo y el Becker atrás. Mientras yo iba de copiloto y los asientos traseros el Jaime con el Iván.

Podía ver por el espejo como me miraba con odio ese, no sé qué chucha.

Aunque el Jaime tampoco se salvaba, desde lo del puente se intensificó la competencia de miradas de odio, el que demostraba más asco y repudio por el otro ganaba, nos faltaba puro sacarnos la lengua como cabros chicos.

El viaje fue silenciosamente incómodo por alguna extraña razón, hasta que llegamos Los Ángeles, no nos gustaba ir a las ciudades, pero había que hacer una parada por combustible, o un mejor vehículo.

Fuimos a una bomba copec que encontramos y yo me bajé a estirar las piernas.

Me iba a pasear por el lugar, cuando el Jaime me agarra del hombro. ¡Se me olvidaba que no andaba solo con los cabros!

- Ni se te ocurra alejarte mucho- me amenazó.

- Ya oh...- contesté cortante, moviendo mi brazo pa que me soltara.

Caminé amurrao cerca de la camioneta, viendo a los cabros.

- Yo digo que en vez de gastar bencina en un auto tan malo, mejor busquemos uno que valga la pena- opinó el Eddie, dentro de la camioneta.

- Es cierto...- apoyamos el Manu y yo.

- Ya... Pero nos vamos a separar entonces- suspiró como cansado el Jaime.

- Obvio, que sea más rápido- respondió el Eddie.

- Bestia, Peshoh; vayan pa la derecha, ustedes dos- apuntó al Eddie con el Yelo- a la izquierda- después me miró a mí- Nico, Iván; para allá- apuntó a la calle a nuestras espaldas.

Hasta que la muerte nos reuna (GOTH HD - Zombie AU!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora