Capítulo 7: Entre la Espada y la Pared

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Seguimos recorriendo por la línea del tren ya sin el temor que teníamos antes. Yo ya no tenía miedo de disparar, me acostumbré e incluso me sentía seguro ahora cuando sentía la pistola en mi cadera, en el bolsillo amarrado al cinturón. Al Manu le pasé mi cuchillo pa defenderse de cerca, porque la sniper servía de lejos no más, y ¡puta que servía! En una vimos a unos zombies de lejos, y yo no alcanzaba ni cagando a achuntarle a los monstruos, ahí hizo presencia el Yelo y ¡¡se hechó a 5 qlos sin la necesidad de acercanrnos weón!!

Y ahora el Eddie andaba más vivo con la ballesta, durante el día disparaba a los híbridos y cuando podía recobraba las flechas; en la tarde-noche las lavaba, para que no perdieran el peso aerodinámico que tienen no sé como me lo explicó pero algo así me dijo con su voz de experto <3 

Hablando del Eddie, desde ese primer beso que nos dimos y que me atreví de puro curao, nos habíamos estado encontrando mucho más, osea en las noches cada vez que podíamos, dormíamos juntos, nos besábamos hasta que nos ganaba el sueño, pero piola po. No queríamos hacer sentir al Yelo como que esté sobrando o algo, es nuestro amigo y no queríamos hacerlo sentir incómodo.

Durante el día evitábamos besarnos y todo eso, pero de que ándabamos más juntos que antes, sí es verdad, y como que nos tocábamos más ahora (en el buen sentido plz, la verdad no nos toqueteábamos en la noche, nos daba vergüenza), teníamos más contacto, más chasconeadas de pelo, más palmaditas en la espalda, cariño en el hombro, roce entre las manos cuando caminabamos uno al lado del otro, con el Yelo adelante jugando con el Becker, etc.

Y el Becker, era un perro muy leal, inteligente, juguetón, mansito, pero bravo cuando se necesitaba; se tiraba altiro contra los híbridos una vez le dabai permiso, antes de atacar gruñía y se ponía en posición de caza y como que te mira y te pide permiso antes de lanzarse y atacar el cuello de los hybrids, que si bien no los mataba como un headshot bien dado, los inmovilizaba.

Caminamos durante 2 días y llegamos a un pueblito que se unía al recorrido de la carretera ¿Era tiempo de volver a la autopista? No lo sabía, pero como que igual no nos quedaba de otra, si seguíamos así nos podíamos perder, mejor irse por el camino patentado en el mapa.

- Ya, wn...- anunció el Yelo una vez estiró el mapa en una piedra grande, justo al lado de un letrero que enunciaba clarito- Bienvenidos a San Carlos; segunda capital comunal del Norte de la Región del Biobío- decía mientras encerraba en un círculo un punto que decía San Carlos. Dibujó un trazo hasta otro punto y explicó- Cabros, lo que pasa ahora, es que la línea del tren pasa por al lado de la carretera, es la misma weá y pasan por la ciudad más cercana que es Chillán, donde espero encontrar un mapa de la Copec entero de la zona, porque este apenas me deja leer, porque ya es otra región, ¿cachan?...

- Si, amigo Yolen, entonces ¿nos vamos por la carretera?- pregunté para asegurarme

- Me tinca tirarnos pa la autopista, agarrar un auto y llegar a Chillán luego.- concluyó. Yo lo miré y luego me giré hacia el Edgar.

- ¿Y ustéh qué piensa, señor Eddieflencio?- le pregunté. Seguía inseguro con lo de la autopista, pero no pensaba arrastrar a los chiquillos por donde no quisiera.

- Agarremos un autitio, manejo y buscamos el mapeta :3

- Puta, será no más, vamos a la carretera...- acepté finalmente. Caminamos por la línea del tren eso sí, hasta que hayamos un punto donde se unían.

Al llegar a la carretera, como que hubo una pausa de los tres antes de pisar el pavimento, hasta el Becker se detuvo y nos miraba medio preocupao. Al final fue el Edgar en dar el primer paso, y caminar por el cemento; el Manu y yo lo seguimos despacio junto con el perro.

Hasta que la muerte nos reuna (GOTH HD - Zombie AU!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora