Capítulo I: Aquella Heroína.

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La luna estaba al punto máximo aquella noche, las estrellas que adornaban aquel lúgubre cielo, tan oscuro como el corazón marchito y extinto de un demonio, eran testigos de la danza macabra de aquella mujer de ojos color cielo pero de mirada fiera. Su delgado y delicado cuerpo era resaltado por el brillo de la luna, haciéndola deslumbrar en aquel traje color turquesa. Su cabello azabache, como aquella noche, ondeaba por aquellas brisas que golpeaban su rostro al saltar de tejado en tejado.

Con mucha agilidad aquella mujer luchaba contra una manifestación física de las desilusiones, desesperanzas, y oscuros deseos del corazón humano. La batalla se tornaba delicada, la joven se vio en desventaja por unos golpes en su contra. Aquel ser, mejor conocido como Akuma, poseyó el cuerpo de una joven con el corazón roto por una traición haciendo que la tristeza y los deseos de venganza afloraran en su corazón como flores infernales bajo la luz de la luna de ultratumba. Sin dudas aquel Akuma era de una fuerza superior, la mujer que luchaba contra ese ser nunca se vio en dificultades antes. Pero era evidente la maximización de su poder.

Este era el último Akuma que habitaba el país Alemán, la joven de traje turquesa había sido bendecida por un poder, el cual usaba para proteger a aquellas personas vulnerables a fuerzas malignas, personas que eran atrapadas en un torbellino de desesperación y oscuridad. Ella misma se había visto en esa situación y se juro a si misma que no permitiría que otra persona viviera lo mismo.

La bestia de carmesí y garras como dagas se abalanzo sobre la joven que trataba de salvarla, pero en un rápido movimiento pudo evadirla. Ah una distancia prudente la joven de traje turquesa analizaba el lugar tratando de encontrar una ventaja para quitarle el objeto que poseía a la pobre chica. En un movimiento brutal, por parte de la bestia, contra un poste de luz la joven pudo ver un collar en forma de corazón que emanaba un aura oscura.

-Asi que ahí estas- Mas aliviada la joven de cabello azabache se lanza contra aquella fiera, con agilidad y velocidad toma su lanza para luego golpear con el mango la cabeza de la criatura. En aquel momento la bestia se desestabilizo por el golpe. La joven se impulso con su lanza y cayó sobre su cabeza para luego arrancar el collar con el filo de la lanza y destruir aquel objeto maldito.

Tras ser destruido un aura oscura salía del collar de forma virulenta y desagradable, rápidamente la joven toma entre sus manos aquel humo de ultra tumba. Con delicadeza sopla sobre el tornándose de un blanco puro. Luego de esa mágica purificación el aura blanca se eleva por los aires para curar el daño provocado por la batalla anterior.

-Mi trabajo ya está hecho- Esbozando una sonrisa la joven suspira cansadamente, había sido una lucha memorable llevándose con ella la victoria y la recompensa de esa hazaña la cual eran esos golpes, rasguños y moretones.

-¿Q-que me ocurrió?-

La joven de ojos celestes había olvidado a la víctima, rápidamente corre a su auxilio. Con sumo cuidado la ayuda a levantarse y explica lo ocurrido

-Y-yo estoy tan avergonzada- La joven de cabello rubio no paraba de sollozar, había sido liberada de aquella posesión de Akuma. Pero aun debía cargar con el dolor que su corazón trataba de soportar. Haber descubierto a la persona que amaba con otra mujer fue mucho para la joven frente a ella. Ocasionando que esa desagradable aura poseyera su alma.

-Por favor no llores- Trataba de consolar la mayor, haciéndola mirar sus ojos color cielo –Se que es doloroso para ti, pero es mejor así. No habría sido mejor que siguieras viviendo una mentira. Sé que piensas que no podrás sobrellevar este dolor pero no es así. Sonríe, levanta tu frente y enfrenta esto como la mujer valiente que eres- la mayor hablaba con un toque maternal logrando detener el mar de lagrimas amargas de aquella joven de cabellos color oro.

Mal inicio, malos entendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora