Capítulo VI: Un día en París con Adrien y la primera aparición de Kolibri.

54 3 2
                                    



El amanecer Parisino le da la bienvenida a la alemana a un nuevo día en la Ciudad del Amor. Con pesadez la azabache se separa de su cómodo lecho blanco para enfrentar aquel día. Por unos minutos Birgit se haya desorientada, notaba su habitación cambiada totalmente. El color de las paredes habían cambiado de un Celeste a un blanco puro, el armario era distinto a como lo recordaba y estaba en otro lugar. Los muebles habían cambiado su forma y color. Y ni decir que algunas cosas faltaban. Por la rareza del momento ya estaba entrando en pánico.

-Birgit ¡¡Espabila!! Estamos en Paris. Recuerda que aquí es donde vivirás a partir de hoy- Kleine se toma la molestia de orientar la confundida mente de la Alemana y como un golpe psicológico Birgit recuerda todos los sucesos de los últimos dos días. La despedida en su hogar, el viaje en avión, la llegada a la Mansión Agreste, el reencuentro con Adrien. ¡¡ADRIEN!!

Birgit había olvidado su compromiso con el rubio, mirando el reloj se dio cuenta que no estaba muy tarde. Apresuro el paso para tomarse un baño rápido, no tenía tiempo para degustar aquellas exquisitas sales aromáticas de su baño. Como un rayo Birgit busca en el armario su atuendo para el día.

Un vestido de tirantes de color celeste hasta las rodillas era la mejor elección ya que el verano en Paris es algo caluroso, Unas zapatillas blancas era lo que usaría, Adrien dijo que conocería la ciudad, así que era mejor ir cómoda. Y como toque especial, Birgit decide usar un sobrero blanco el cual es decorado por una cinta del mismo color del vestido.

Como muy pocas veces la azabache deja su cabello sin ninguna atadura dándole un toque encantador. Ya conforme con su apariencia estaba a punto de salir pero cierto Kwami lo impide.

-Birgit se te olvida algo- Reprocho la criaturita. En efecto, la alemana había olvidado la prenda mágica que la convertía en una heroína.

-No creo que lo necesite hoy Kleine- Objeto.

-Ni siquiera lo pienses. Este Miraculous es una gran responsabilidad y no puedes dejarlo así como así ¿Que harías si aparece un Akuma?- La Kwami estaba muy enojada por el desinterés de su protegida.

Pero muy lejos de asustar a Birgit esta solo trata de reprimir una carcajada a ver a kleine. Como era costumbre, o tal vez un reflejo, la pequeña al esta enojada todas sus plumas se crispaban de tal manera que su aspecto la hacía ver más adorable que amenazadora.

-Está bien, perdona por ser tan irresponsable- Para apaciguar la ira de la pequeña criatura la alemana toma su Miraculous para vestirlo en su delgado cuello -¿Cómo me veo?- Pregunto Birgit dando un par de vueltas para deslumbrar a su Kwami.

-Te ves encantadora- Los ojos de Kleine brillaban al ver a la esplendorosa joven frente a ella. De todas sus protegidos Birgit era la más encantadora, hermosa y elegante.

-Muchas gracias Kleine- Agradeció la alemana con un ligero rubor en sus mejillas.

-Y dime querida ¿Ah que se debe tan radiante apariencia?-

-¡¡Oh!! Bueno, anoche Adrien dijo que me llevaría a conocer la ciudad. Asi que...-

-¿Acaso te gusta ese jovencito?- Pregunto con algo de temor la Kwami.

-Claro que no- Respondió Birgit con algo de burla –Conociéndolo se que querrá presentarme a sus amistades. Así que quiero dar una buena primera impresión-

-Desde mi punto de vista creo que te lo estas tomando muy a pecho- Reprocho la pequeña.

-¡¡Por dios Kleine!! ¿Vas a regañarme por algo que ni siquiera...-

Mal inicio, malos entendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora