~Peligroso a sabiendas~

El campo de Sasha, sus reglas.

Jacob me miraba expectante. Yo no tenia cuartada así que me rendí antes de intentarlo.

-Que quieres para no decirle a mamá y papá.-Asiente sabiendo que es mejor no preguntar.

-Quiero saber donde estas.-Miro mis dedos. Están frios y rojos. El anillo brilla bajo la luz artificial de la lámpara de mi habitación y el pintauñas negro está medio descascarillado. Sé que no le va a gustar, me va a impedir volver a competir. Levanto la vista para verlo pero mi mirada se desvia hacia una foto con mi mejor amiga. Zas!! Ya lo tengo.

-Mía y su novio rompieron y fui a su casa para consolarla porque...-Empieza a negar y se pone de cuclillas frente a mi.

-¿Fuiste a ver a tu mejor amiga embutida en cuero brillante rojo?-Niega otra vez energicamente-No mientas.-Da un grito ahogado.

-Es mejor así, Jake.

-No. No es mejor para nadie salvo para tí. Desde que la abuela murio, tu te aislas en tu mundo y no dejas entrar a nadie. Te estas borrando del mapa tu misma, Sasha.

-No metas la muerte de la abuela en esto.-Susurro. Sabe que ese es un tema tabú y que no se puede tocar. Sabe que eso es mi campo de juego y que nadie más juega salvo yo y bajo mis normas.

-Pues reacciona y dejame entrar a tu mundo agarrado a tí.-Se dirige a la puerta y me da un último vistazo.-Antes de que me adentre yo a traves de otros.

El sol me golpea en la cara cuando abro los ojos. Mi movil me ha despertado a causa de un mensaje. Lo leo.

"Hoy carrera de seis ceros. Todos los corredores asisten. Circulo cerrado.

  -Número no guardado."

Sonrio. Hoy las carreras son sobre cien mil y solo van corredores con posibilidad a entrar en circuito. Hoy iria a mirar la carne nueva.