All the lonely people...

2.8K 119 21
                                    

— Tomé una decisión, pero antes debo explicar en que me basé para hacerlo.

Alexander estaba de pie, y cambiaba el peso de una pierna a la otra en un tic nervioso.

Magnus le sonrío como animándolo a hablar, y Jane simplemente asintió.

— Te veo a ti— comenzó Alexander, dirigiéndose a Jane—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Te veo a ti— comenzó Alexander, dirigiéndose a Jane—. Te veo a ti y no solo veo a la Cazadora de Sombras talentosa, atractiva y divertida que eres—dijo con voz firme—. Te pareces a Jace, tu alma es una caja de sorpresas que uno desea abrir. Jane, eres mucho más que todo eso. Eres la chica fuerte, a la que han herido profundamente y ha hecho oídos sordos. Eres la mujer que solamente esta buscando alguien que la ame locamente, que cubra todas y cada una de sus heridas. Que se atreva a conocerla más allá de esa capa que muestra y que logre tocarle el corazón. Eres la mujer que logró que cambiase todos mis planes, que me hizo hacer cosas que jamás había hecho, que me contuvo y que me cambió. No, no me cambiaste. Me ayudaste a descubrirme.

Y no solo eres eso. Eres la mujer que mis padres han deseado para mi. Eres un futuro seguro y cómodo, la clase de futuro que me gustaría tener.

Me transportas a una vida sin sobresaltos, una sin miedos, en la que todo funciona como debe ser. Una vida con una eternidad propia, para entregarle a nuestros hijos, nietos, bisnietos...

Una cazadora de sombras que comprende lo que pienso, lo que siento, lo que vivo día a día y el porque no podría dejar de hacerlo.

Una compañera, y una amiga—finalizó con voz temblorosa, ante las miradas atentas del Brujo y la Nephilim.

Notó como Jane soltaba algunas lágrimas y le dolió el corazón, pensó en acercarse a ella, estrecharla entre sus brazos y decirle que estuviese tranquila, que él no iría a ningún lado, que le enseñaría a ser feliz.

Pero entonces, corrió unos centímetros su foco de visión y ahí estaba Magnus.

  — Te veo a ti— comenzó suavemente, por primera vez en su vida mirando fijamente a los ojos del brujo, sin sonrojarse ni correr la mirada— y veo algo extraño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Te veo a ti— comenzó suavemente, por primera vez en su vida mirando fijamente a los ojos del brujo, sin sonrojarse ni correr la mirada— y veo algo extraño. No veo un lugar, no veo una casa, no veo niños, no veo nada. Pero estamos nosotros dos, y estamos juntos— dijo casi susurrando lo último— . Veo la incertidumbre de un futuro contigo, sin saber donde vamos ni durante cuanto tiempo... pero juntos. Porque realmente me amas, lo sé cuando te miro, sin importar tu pasado ni los errores que cometimos estando juntos. Y cuando te miro a los ojos, se que estas viendo el mismo amor reflejado en los míos. Cuando te miro a los ojos, se eliminan todas las otras opciones. Porque no puedo amar a otra persona en la plenitud en que te amo y porque se que jamás podría ser tan plenamente feliz como lo soy a tu lado. Porque no quiero despertar cada mañana sin ver tu cabello despeinado y porque no me imagino otro ruido que el de tu voz tarareando mientras estás cocinando. Te necesito y te necesité siempre— notó la sonrisa sincera extendiéndose en los labios de Magnus y supo que estaba lastimando a Jane, pero no podía cambiar sus decisiones por la felicidad de otros. Ella ya encontraría a alguien— Ningunos labios podrán susurrar un Aku cinta Kamu como lo susurran los tuyos. ¿Vamos hacía la nada? No importa. Estamos juntos, y sostendré tu mano hasta el final de mis días. Nos separan décadas, siglos, sí. Pero, ¿Sabés qué? Nos une una misma alma dividida en dos que ha estado esperando a encontrar su otro lado. Mi karma sera amarte en esta y cada una de mis vidas. Magnus...

— Basta, Alexander— interrumpió rápidamente el brujo, que se incorporó y camino hacía su amado dispuesto a abrazarlo.

Jane, los miro y esbozó una pequeña sonrisa, a la vez que también se levantaba.

Alexander intentó detenerla.

— Alec— susurró esta— he sabido tu decisión desde el instante en que me atrevía a conocerte y no importa. Prefiero conservarte como amigo a hacer un escándalo y perderte. Iré a pedirle disculpas a tu hermana y a mi hermano, luego volveré a Idris porque este no es mi lugar y no es tu amor lo que en realidad estoy buscando. Lograste que me diese cuenta que el alma me sangra hace bastante tiempo, y ningún amor logrará sanarme eso. Debo hacerlo yo sola.

Y se fue sin más, pero el nephilim sabía que probablemente volverían a hablar en el Instituto.

Volvió a mirar a Magnus, y se preguntó si esté realmente llegaría a perdonarlo algún día, pero al ver como el brujo abría sus brazos supo cual era la respuesta.

Se mantuvieron pegados, el uno al otro durante varios minutos, y entonces Magnus se alejo unos centímetros, y pegando sus labios a la oreja de Alexander, inquirió— ¿Quieres casarte conmigo, Garbancito?


Fin.

Cazadores de Sombras: La hermana de Jace. (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora