Magnus Pov's:
Cuando Magnus despertó, se encontró con dos ojos azules mirándolo con dulzura. Dejó escapar un suspiro relajado y tomó la taza de café que el Nephilim le ofrecía.
No estaba seguro de que Alexander siguiera allí cuando despertase, ya estaba acostumbrado a lo impredecible que podía llegas a ser.
Pero seguía allí, parecía incomodo, pero no menos feliz que unas horas atrás cuando lo estrechaba con sus brazos.
— Alexander, garbancito, ven aquí— Alec rodó los ojos al oír como lo llamaba, pero de todas formas avanzo hacía el brujo, y se sentó en la orilla de la cama, a su lado.
— Tenemos que hablar— Le dijo, mientras trazaba formas circulares con la yema de los dedos en la mano de esté, como para tranquilizarlo.
Alec lo abrazó, antes de que pudiese seguir hablando.
— Te amo, Magnus.
— Ya lo sé, y yo te amo a ti. Y es por eso que quiero que todo vuelva a ser como antes. Quiero despertar y encontrarte a mi lado, quiero que tu risa adorne cada sitio al que vamos, quiero...
— ¿Y cuánto tiempo va a durar? ¿Cuánto tiempo lo vas a querer?
— Estoy dispuesto a soportarlo todo por ti. La vida ya no es vida sin ti a mi lado. Te necesito como nunca necesite a nadie, y eres la única razón por la que seguiría viviendo un minuto más, un día más...
— Ya dijiste eso una vez— El brujo sintió como el corazón se le encogía.
— Alec, ¿Qué quieres hacer? Necesito saberlo. Sabes que todo lo que te digo es real, que lo siento...
— Te quiero a ti Magnus, y ya. Pero quiero, necesito, que todo esto sea más sencillo.
El sonido de unos golpes en la puerta resonó en el loft.
— Voy— dijo Magnus, y se inclinó para dejar un beso en los labios del Nephilim.
Cuando llegó a la puerta, notó la presencia de Alec en la cocina, y sonrío inconscientemente por la alegría de verlo nuevamente formando parte del departamento, de su lugar en el mundo, a su lado.
Abrió la puerta y estuvo a punto de maldecir en voz alta.
Las botas hasta la rodilla, los jeans negros bien ajustados a su entrenado cuerpo, la chaqueta negra de caza, el cabello rubio claro inclinado a un costado, y los ojos dorados mirándolo arrogantes... apagados.
Jane Herondale.
Herondale's, inoportunos, incoherentes, arriesgados y fuertes.
Se hizo a un lado y la dejo pasar, al fin y al cabo, no podía hacer otra cosa.
—.— .—.—. —
Alec Pov's:
— ¡Alexander! Tienes visitas— Alec oyó la voz ¿enfadada? de Magnus, y salió rápidamente de la cocina al encuentro con el brujo en la sala.
Se había puesto unos pantalones de algodón negros, y agarro una remera gris de una silla, antes de entrar al salón.
Magnus estaba sentado plácidamente en el amplio sillón de aspecto gótico, color bordo. En la mesita de centro apoyaba los pies, mientras que a un costado, enrollado como una gran bola de lana, se encontraba Presidente Miau.
Al lado de la puerta, parada y jugando con el anillo Herondale que destellaba en su mano, estaba Jane.
Al verlo, su rostro se suavizó notablemente.
Magnus rodó los ojos.
— ¿Y, linda? ¿Vas a hablar?
— Claro, aunque preferiría no hacerlo frente a ti.
— Mi casa, mis reglas. A demás yo estoy donde Alec está— finalizó sonriendo.
Alexander carraspeó, en un intento por hacerlos callar, pero cuando ambos lo miraron esperando que dijera algo, no supo bien que se suponía que debía decir.
Jane lo odiaba, estaba seguro de eso. Sin importar que tan auto suficiente intentase parecer en ese momento. Él llevaba años de práctica aprendiendo a leer a Jace, y con Jane no veía diferencia.
— Vamos, Jane. ¿Qué sucede? — Inquirió con voz suave, luego de algunos segundos.
— ¡Oh, por el ángel! Detesto esto— dirigió su atención al techo por un momento— Nos solicitan en la fiesta de Abyl Rekster, que al parecer ha estado jugando con encantamientos peligrosos. Somos refuerzo, por lo que simplemente estaremos ahí como si fuéramos invitados...
— Podrías haberle dicho esto en el Instituto— Observó el brujo, con el ceño fruncido.
Jane lo ignoró.
— Mi ex novio va a estar allí— Alec notó su incomodidad al hablar—. Una de las últimas cosas que me dijo es que después de él, dudaba mucho que algún Cazador de Sombras se fijase en mi. Que solo podía ser digna de un submundo— La rabia la atragantó unos instantes, luego levanto la mano hacía Magnus, con la palma extendida—. Sin ánimos de ofender. Él lo utilizó como insulto, no yo.
Magnus se encogió de hombros.
— Entonces, lo que quieres es que finja ser tu pareja— finalizó el Nephilim.
Su pareja abrió los ojos de par en par y Alec estuvo a punto de echarse a reír, era muy obvio hacía donde iba todo eso.
— Si— reconoció la muchacha—. Se lo pediría a Jace, pero se nota a km de distancia que somos hermanos, a demás de que todos lo saben. Y con Simón apenas hemos hablado.
— ¿y no tienes más amigos? Comprendo porque...— Era Magnus, tajante.
Jane lo ignoró nuevamente.
— ¿Me harás este favor, Alex?
Alexander miró a los ojos al brujo, leyendo su expresión y determinando si era o no una buena idea ayudar a Jane.
Se lo debía— pensó— después de lo de la otra noche.
Le tomó la mano, áspera y con pequeñas cicatrices como la suya, y la estrechó con suavidad.
— Seré tu novio falso por una noche, Jane Herondale.
Magnus se puso en pie y caminó hacía ellos. Rodeó con un brazo protector a Alec, y luego con una sonrisa en los labios, se dirigió a Jane.
— Es hora de establecer algunas reglas.

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Cazadores de Sombras: La hermana de Jace. (Malec)
FanfictionMagnus acaba de terminar con Alec y Jace descubre que tiene una hermana, convirtiéndolo en el anteúltimo de Los Herondale. ¿Estas dos realidades podrán fusionarse cuando un despechado Alec conozca a Jane Herondale? ¿Triunfará el amor que existe en...