Corazon Salvaje //sasusaku//

capitulo ocho: perfecto estado

En el barco la tensión del momento era notoria; Karin cambiaba el agua sucia por la limpia, Konan limpiaba la herida de Sasuke lo mejor que podía, los demás piratas hacían lo que tenían a su alcance para avanzar de manera rápida y yo hacía lo que podía para regular su temperatura. Todos estábamos muy tensos, estaba tan nerviosa que empecé a sentir como todo a mi alrededor estaba inquieto y se movía sin pudor alguno y mi cabeza empezaba a sentir las consecuencias ya que me pesaba demasiado.

-Bueno ya hice todo lo que tengo en mis manos- hablo Konan iba a decir algo mas pero Juugo la interrumpió entrando de manera estrepitosa.

-Konan debes venir- le pidió a la nombrada de forma atropellada- Sasuke no es el único que tiene estos síntomas todas las personas que fueron heridos están presentando un peor o igual estado- tenía una apariencia demacrada y la desesperación inundaba sus ojos con excesiva abundancia, las lágrimas se agolpaban en sus ojos del terror que sentía en su interior. Aun en su estado no dejo caer esas gotas que amenazaban con darle una apariencia de debilidad frente a una situación en la que se debía ver fuerte. Se notaba que se sentía avergonzado de la acción de llorar, era una debilidad.

-Karin acompáñame - le ordeno Konan, y seguida por Karin se fue de la habitación, las dos con paso apresurado. Juugo me miro con suplica, y me pidió que me quedara a cuidar a su capitán, asentí con seguida y le di una mirada dulce, luego siguió a las muchachas, aun con sabor amargo en la boca.

Volví a mirar a Sasuke, me tomo por asombro que estuviera con los ojos abiertos, y moribundo brillo que poseían no hizo más que sus asustarme. Me acerque a él, en el tiempo en el que el subía su mano izquierda a su cabeza y cerro sus ojos con fuerza y molestia.

-Deberías descansar- murmure al mismo tiempo que acariciaba su mejilla con el dorso de mi mano, abrió los ojos y me mostraba una mirada realmente cansada y miserable.

-Por favor has que pare- susurro de forma pausada, él quería que yo frenara su dolor pero, no podía hacer nada por el todo lo que podía hacer ya lo hice. Me sentía inútil e incompetente al no poder ayudarlo al menos a una persona, a él. Esos pensamientos empeoraron mi estado y me sentí totalmente mareada, sentía que mi cuerpo pesaba el triple, que ya no tenía fuerza suficiente para respirar- Sakura- reaccione tras el llamado de preocupación de Sasuke, como pude enfoque mi vista en él.

Me arrastre como pude por la cama, me senté sobre mis talones y con cuidado apoye la cabeza de Sasuke en mis flexionas piernas con voz débil empecé a tararear una canción de cuna, a la vez acariciaba el desordenado pelo o el devastado y enfermo rostro. El elevo ambas manos hacia mí, ignoro el dolor de lastimero hombro, me acaricio con delicadeza y tristeza, una lagrima se escapó de mis ojos y corrió por mi mejilla izquierda; no puede evitar sentirme horrible. No solo por el muchacho que hacia lo posible por verme con claridad, sino porque afuera habían más como el, así o más moribundos. Y yo sabía que estaba por entrar en el mismo estado.

-¿Por qué me cuidas, Sakura?-su voz sonó casi inaudible, tan agonizante que parecía que me iba abandonar en ese instante; la idea de que muera él y todo la tripulación me lleno de tristeza y dos lagrimas surcaron por mi rostro, una de cada ojo.

-Porque ustedes; Karin, Konan, Suigetsu, Juugo, la tripulación y tu son todo lo que tengo.- cuando me quede en silencio, en sus ojos apareció un destello de aprecio y cariño, además de que me miro en un silencio calmo, por lo cual deduje que quería que prosiguiera- Nunca fui aceptada por mi madre, mi amigo de la infancia, la misma persona que todavía no puedo olvidar, la misma con la que me comprometí con un amor puro en el corazón, la misma que intento matarme. Uste-uste-des- tartamudee porque las lágrimas ya eran imparables y me atragante con ellas- son lo único que-que me que-quedan, lo último en lo que puedo confiar, y si se van y si mueren, yo-o no sé qué haré-