Carta a un amigo

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¡Hola! Esta carta va dirigida a vos. Sí, exactamente a vos. Hay muchas cosas que luchan por estar fuera de mi cabeza, y decidí que voy a dejarlas salirse con la suya. Voy a dejar que vuelen en el universo de las palabras esperando que lleguen a los ojos correctos, que las sepan admirar. Quizá amar. Hace un tiempo solía creerlo, solía creer que si lo deseaba con fuerza ocurriría. Que ibas a notarme y a hablarme diferente, que ibas a sentir por un minimo instante curiosidad de mí, por averiguarme, descubrirme, descifrarme.
Ya que lo que somos no es lo que querría que seamos, como calles paralelas que van siempre unidas, pero al fin y al cabo nunca terminan por cruzarse. ¡Un atisbo de diagonal! ¡Sé oblicuo por un momento! Volvé la mirada hacia atrás y descubrí nuevamente esos días, que tanto detalle llevan para mí.
Quizá ni siquiera lo recordás, quizá no te hayas percatado del momento en que nuestras cabezas se juntaron, y pude oler tu pelo, sentir el calor de tu mejilla contra la mía. Acariciar cada uno de tus cabellos y cerrando los ojos inspirar con fuerza. Quizá para vos era normal. La costumbre que no despierta sensaciones, sólo lo hace en los inexpertos. Y así era yo, incluso puede que aún lo sea. Gracias por darme aunque sea un poco de cordura, un poco de realidad. Por mostrarme sin quererlo y sin saberlo el sabor del rechazo, de la decepción. Por lo que quede de nuestras vidas seguiré a tu lado, o ese es mi objetivo en este momento. No te prometo esperarte, aunque me atrevo a admitir que es lo que más deseo. Compartir con vos el silencio, el aire, y el sol.
¡Ay! Cuando creí que podría haberte sostenido la mirada, cómo me arrepiento de no haberlo hecho. Supongo que ese es mi defecto, la falta de valor. ¿Cuán valiente hay que ser para sostener una mirada que lucha involuntariamente por desviarse? ¿Cuánto se puede soportar sin la necesidad de acortar distancias, haciéndonos uno, compartiendo respiración en un instante de magia? Depende de cada ser, de cada alma habitante de este mundo de sorpresas, alegrías y decepciones. Una lágrima vale más que mil explicaciones. Un abrazo más que mil te quieros.
Si la vida fuera una melodía tendría un sonido hermoso, dulce y suave, aunque por momentos denso y profundo. Tendría notas altas y bajas. Me atrevería a decir que sos la nota que nunca pude tocar. Sin saber como ubicarme, mis manos, la posición de mi cuerpo, de mi mente. Sin saber como tratarte, como trabajarte. Una nota imposible de lograr. O quizá no, si el tiempo hubiera dado lugar a la práctica. Músicos experimentados llegan, y tocan la melodía, aquella que no puedo conseguir. Tocan tu nota una y otra vez, demostrando lo fácil que les resulta, que les resultó y que les seguirá resultando.
En un mundo de sustancias, mis colores se entremezclan constantemente, variando del rosa al gris, del verde al negro. Una nube de humo me envuelve y no puedo ver más allá. Únicamente me noto a mí misma, hundida entre todos aquellos pensamientos, que se empeñan en arremolinarse alrededor. Pareciera que buscan marearme, hacerme dudar de lo que tengo, lo que quiero e incluso lo que soy. Confundiendo mis objetivos, mis deseos.
Y se vive en el eterno "no sé". La indecisión que conlleva el pensamiento, el dudar de todo y de todos. ¿Verdaderamente siento algo hacia vos? ¿O es solo que necesito sentirlo? Las personas necesitamos obsesiones, objetos, mundos, incluso otras personas para ocupar la mente. Quizá fuiste la ocupación de la mía. Ese objetivo que creí y creo necesitar, aunque no soy capaz de comprender realmente si es así, o sólo producto de los humos que revolotean dentro mío.
La mente es el hogar de las ilusiones, donde nacen, se alimentan, crecen hasta llegar a su punto máximo y consecuentemente, mueren. A veces es bueno llenarse de ilusiones, vienen de la mano con la esperanza, que suele crear una especie de felicidad. Pero por cada persona pasan pensamientos diferentes. Todos vemos el mundo de forma distinta, algunos más claramente que otros, pero eso sólo lo sabe cada uno dentro suyo.
Y yo muchas veces me pregunto qué pasa por tu mente. ¿Alguna vez fue mi hogar? ¿En algún momento creiste...? ¿Quisiste...? ¿Siquiera pensaste... en mí? Mi mayor intriga es cómo son nuestros recuerdos en tu cabeza. Para vos, qué significan los momentos que pasamos cada día? Y si entendes a lo que me refiero, si llegas a comprenderme, te pido que me informes.
¿Qué significo para vos?

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