❣️|| Biología. [KaiSoo]

Chapter 62.

Durante la mañana siguiente Jongdae convenció a su hermano de que debían abandonar la casa de Xiumin, argumentando que no podían seguir molestando al chico. Probablemente querría tener intimidad en su casa y la presencia de unos desconocidos podría hacerlo sentir incómodo. Evitó mencionar nada sobre el problema de Minseok, sabía que eso lo enfadaría mucho.
«Iremos a recuperar nuestra casa, hablaremos con mama y papa.» le dijo «Pero en lo que tardemos deberíamos buscarnos otro apartamento, sin embargo... KyungSoo debe quedarse aquí.»
JongIn no entendió el por que su novio no podía ir con ellos, ¿ acaso a Jongdae no le gustaba Kyung ?
«No debemos implicarlo en nuestros problemas familiares, eso es todo y por lo que me has contado no puede volver a su casa... Se quedará aquí.» Le había explicado, obviando decir que si el pequeño se quedaba con el otro chico éste no podría volver a autolesionarse.

JongIn había contado a KyungSoo lo ocurrido, todo aquello que su hermano mayor le había dicho a él. «Bien JongIn, espero que puedas solucionarlo todo pronto... Llámame cuando puedas, si ? No te olvides de mi, idiota.» Le había exigido el ojon, a lo que el otro sonrió y asintió.

- Encantado de conocerte KyungSoo -le había dicho Chen sonriente- vuelvo a disculparme por mi irrespetuoso comportamiento, el alcohol no me sienta bien.

- No te preocupes, está ya olvidado -contestó y le dió un beso de despedida en la mejilla- un encanto Jongdae.

Chen asintió, como dando las gracias por su perdón y tras ello miró a Xiumin, que estaba al lado del ojon, un tanto indiferente. Se había despedido de JongIn pero evitó siquiera mirar a su hermano.

- Gracias por acogernos en tu casa Minseok, también me disculpo contigo por... -Xiumin le dedicó una taladrante mirada- ...por lanzarte la camiseta a la cara y haber intentado seducirte después -rió- en fin... Cuidate y por favor deja de llevar esas camisetas tan cortas -le guiñó un ojo-.

- No lo haré... -dijo cortante-.

- Confió en que lo hagas...

KyungSoo y el moreno se miraron, ¿ sobre qué hablaban esos dos ? Se limitaron a sonreír y se dieron un último beso como despedida.

***

Tomaron un taxi hasta la casa en que sus padres residían; una gran mansión rodeada de un precioso jardín lleno de flores de todos los tipos; tulipanes, rosas, orquídeas, lirios y también claveles. La entrada estaba custodiada por dos gorilas trajeados y más de diez cámaras estaban esparcidas a lo largo de la verja de metal. Un largo camino formado por láminas de mármol conducía a la entrada principal de la vivienda. Era realmente grande, una casa digna de dos de los mayores empresarios de Seul, claro que si. Con los arboles del bosque de fondo, cubierta de rosales y hojas secas se veía espectacular. La casa de la infancia de aquellos dos jóvenes, ¿ cuanto tiempo haría que se fueron de ahí ? Se preguntaron.

- Venimos a visitar a nuestros padres -dijo el mayor a uno de los gorilas-.

- ¿ Ustedes dos ? -los miró de arriba abajo, como si no creyera que con sus pintas desarregladas pudieran ser descendientes de la rica familia- Un momento.

El robusto hombre entró a una pequeña casita que se encontraba a pocos metros de la verja. Tardó unos minutos hasta que volvió a salir para avisar a Chen de que se les permitía acceder a la vivienda. Las puerta se abrieron ante los chicos, tragaron saliva y comenzaron a caminar con destino a la mansión. Sus piernas temblaron al tocar el timbre y escuchar los pasos de alguien acercándose cada vez más, sin embargo ambos intentaron mantener la compostura para no preocupar al otro.

Una mujer vestida de doncella abrió la puerta, no dijo nada a los jóvenes, ni tan solo les dio la bienvenida, solamente los hizo seguirla a lo largo del largo pasillo hasta llegar a una sala de estar, en la cual, dos personas, elegantemente vestidas los recibían sentadas en un lujoso sofá color crema. La doncella se marchó, dejándolos solos y cerró las puertas tras ella. Fue la mujer la primera en levantarse. Vestía un vestido negro sencillo que le llegaba hasta los pies, en los cuales encajó un par de zapatos negros de tacón de aguja. Su cuello estaba decorado con un fino colgante de plata y en sus orejas unos diamantes que brillaron cuando se echó el cabello detrás de la oreja. Dibujó una sonrisa de oreja a oreja, mostrando los claros dientes. Parecía que no hubiera notado la presencia de JongIn, o tal vez no le importaba porque sus grises ojos se clavaron en Jongdae, tomó un cigarrillo de su bolsillo.

- Pequeño cabrón -exhaló el humo en su rostro y su sonrisa desapareció- ¿ decidiste dejar de huir ?