Capitulo I

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Era un dia hermoso. Soleado pero con una brisa perfecta para estar en mi hamaca cantando canciones y jugando con mi mascota Theodora.
Me levante de la cama me cambie el pijama por un vestido blanco de encaje con unos brillos dorados y mis sandalias favoritas. Baje las escaleras con emocion por empezar el dia de una manera diferente a los demas dias pasados. A la primera que vi fue a nuestra cocinera que no sé porque pero sospechaba de ella y sus comidas. Luego fui corriendo hacia el porton de rejas desgastadas y ruidosas para ver a Paul y Jefrey.
-Hola chicos- me puse pegada a las rejas esperando que me saluden con un beso en la mejilla
-¡Leila!- exclamo Paul que era de mi misma edad
- ¿Qué haces despierta tan temprano niña? - me pregunto con las cejas levantadas Jefrey que era el mas grande de los guardianes.
- Disfruto el día. Ya saben lo que pienso hacer hoy ¿verdad?- les dije mientras recordaba el horror de la semana pasada.
-¿Cantar y arruinarnos nuestros oidos?- me miraron con cara de suplica.
Me detuve en la sonrisa de Paul. Era perfecta y blanca como el marfil recien limpio. Sus ojos eran de un color enigmatico, tan grises pero a la vez verdes esmeraldas. Los dos me aplaudieron para que reaccione y di un brinco. Me despedi y fui a buscar a mi madre a la huerta. Cuando llegue no estaba alli, la busque por toda la casa pero no la encontre. Decidi tomar algo fresco y comer una manzana. Planee mi dia en una hojita donde habia hecho garabatos pero la mayoria eran corazones rellenados con paciencia. No me gusta dibujar corazones e imaginense como estoy en San Valentin.
La hamaca me esperaba con ansias. Corri hacia ella y me senti hamacada pero no por el viento. Alguien lo hacia. Mire sobre mi hombro y vi a un muchacho, que aparentaba tener mi misma edad pero nunca lo habia visto. Era perfectamente imperfecto.

~Leila La Nueva Princesa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora