- ¡Pase!- exclame parandome de la cama.
-Hija que suerte que estes viva. Me asuste muchisimo. - era mi madre
- No puedo creer que te hayas preocupado por mí ¿Te hechizaron o algo por estilo? - mi madre revoleo los ojos y se cruzo de brazos.
- ¡Basta Leila! Me canse de que te quejes por tonterias mientras que no sabes de los problemas familiares, ni siquieras preguntas- mi madre estaba a punto de llorar y camine hacia ella para abrazarla. - Perdona hija, sinceramente estamos pasando un momento muy duro. -
- ¿Estamos? - me atrevi a hablar
- La familia quise decir. Con tu padre esperamos a que esto se solucione lo más pronto posible y no tener que estar contando y contagiandote nuestro mal humor. -
- Claro que no madre. Puedes recurrir a mí cuando lo necesites. Y espero que aceptes mis disculpas por mi egoismo. -
Pusimos nuestra mejores sonrisas para disimular el momento y salimos al parque. En el parque se encontraban los guardias y a mi prima que miraba a uno de ellos de manera estupida.
Me acerque a Paul que me miraba desde lejos con las cejas fruncidas. Lo salude con un beso en la mejilla pero él se aparto de mi de manera inmediata. Sara estaba mirando a Paul de manera enfurecida y celosa, había algo que no estaba cerrando en esta historia. Thomas llego con una sonrisa de oreja a oreja, lo cual me hizo muy bien.
- ¿Se puede saber por qué tanta felicidad mi querido compañero? -Jefrey lo empezo a molestar haciendole chistes del enamorado y señalandome con los ojos.
Abrí los ojos de par en par y vi como el hermoso guardia se sonrajaba al notar lo sorprendida que estaba. Parece que me contagio porque al instante me sonroje yo tambien.
- Prima, estas como un tomate. - Sara toco mis mejillas y emitio un sonido como algo demasiado caliente cuando toca el agua fría.
- Me siento un poco mal. Si me disculpan debo retirarme. Nos vemos - me despedi actuando como si me doliera el estomago.
Él me siguio con la mirada hasta que desaparecí entrando al castillo.
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~Leila La Nueva Princesa~
RandomLes presento esta primera parte de la Saga El Reino en Ruinas. ¿La gente nunca se puso a pensar en la felicidad del otro acaso? Era la pregunta que me hacia todos las mañanas. En un pueblo fuera de lo conocido se encuentra la mansion de los Pinhgb...