Jack corría a toda la velocidad que sus largas piernas le permitían por las calles, revisando constantemente su celular siguiendo la pista que éste le daba. Desde hacía unas calles el cansancio fue evidente, pero no podía parar, simplemente no podía.
El sudor en su cuerpo lo hizo consiente de su sobreesfuerzo pero eso estaba de más, no quería perder el paso a pesar de que parecían eternas horas las que estuvo corriendo, hasta que el celular confirmó que había llegado: una residencia en un barrio aterradoramente pacífico, y esto era porque desde que entró no había visto a absolutamente nadie en la calle; las luces de algunas casas estaban completamente apagadas, algunas otras tenían una o dos luces. A pesar de la calma tensa que se respiraba, Jack en todo momento tuvo la extraña sensación de que alguien lo observaba.
Hipo resiste por favor... Se decía. Miró su celular y se dirigió a la puerta. Vacío.
Marcó al celular de Hipo pero nadie contestó, entonces temió lo peor.
Corrió a la parte trasera, percatándose que había una pequeña puerta en la parte baja de la casa así que decidió usar la técnica para abrii puertas en caso de emergencia que su mismo pretendiente le había enseñado.
Mierda... Se dijo al percatarse de que ésta abertura daba a un pequeño cuarto donde había bastantes herramientas de todo tipo. Su mano buscó un apagador, al querer encender la luz ésta no cedió. ¿Enserio? Iluminó la pequeña habitación en busca de algo que llamara su atención y así fue: otra pequeña puerta apenas visible en el piso.
Caminó hacia ella y la abrió: era el sótano. ¡¿Qué demonios?! No sabía cómo reaccionar exactamente, sólo atinó a pasar saliva y abrir los ojos como platos.
Ésta pequeña puerta daba a unas escaleras que a su vez conducían a un extraño cuarto que más bien pareciera un estudio de grabación. Su vista se paseó apresuradamente por las cuatro paredes, analizando todo rastro de color visible hasta toparse con un extraño baúl muy grande. En esos momentos sus músculos se tensaron al imaginar lo peor; Hipo estaba hablando entrecortadamente y le faltaba el oxígeno, lo que definitivamente faltaba en ése cuarto, sin mencionar la sensación de claustrofobia que aquél extraño sitio emanaba.
Con prisa se acercó y abrió el baúl, convirtiendo sus pesadillas en realidad, Hipo estaba dándole la espalda, recostado de lado, en las paredes del baúl podían apreciarse arañazos y de ellos un rastro de sangre.
¡Hipo! Gritó con desesperación sacudiendo su cuerpo que parecía una muñeca de trapo, cuando se dio cuenta de que el aludido se despertó, al ver esto usó sus dos manos para levantar el cuerpo de su amigo, quien abrió los ojos lentamente. Oh por Dios, ¿qué te pasó? Lo tomó por los brazos y con las pocas fuerzas que le quedaban. Sacó a Hipo de ahí, colocándolo cuidadosamente en el piso.
Jack... Susurró casi inaudible. Viniste... Sonrió de forma inconsciente.
¡Hipo! Por favor dime qué te pasó. Jack estaba a punto de llorar.
Harada me descubrió... Hipo estaba casi afónico.
¡Ése malnacido! Jack acarició la mejilla de su compañero, notando los arañazos y golpes que su rostro tenía. Hipo... ...perdóname, fue mi culpa, nunca debí haberte mandado a esto, lo siento enserio... una lágrima traicionera escapó de sus ojos.
No Jack... Hipo le acarició el rostro. Yo haría lo que sea por ti...
Ambos se vieron a los ojos, Jack estaba sonrojado, ninguno decía nada, sólo respiraban agitadamente por el cansancio y pánico.
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The mad professor
FanfictionHiro Hamada creía haber experimentado lo necesario para su edad. La vida de un chico prodigio de catorce años era llevada con normalidad hasta que conoce a su profesor de historia de la filosofía, quién parece tener una insana obsesión con él pero...