¡Jóvenes! ¡Alinéense por cintas! El profesor Cristoff daba la clase se notaba más molesto que de costumbre, cosa que no pasó desapercibida por Hipo.
Los miembros de "furia nocturna" obedecieron inmediatamente, todos acomodados por el color de su cinta.
¡Escúchenme bien! Llamó el profesor. Mañana es un día muy importante para muchos de ustedes, así es, por fin será la entrega de cintas negras. Los chicos se miraron unos a otros entusiasmados. Vendrá alguien muy importante, así que manténganse firmes y sean obedientes.
Hipo tenía su mente en blanco, recordó lo que Jack le había pedido y no podía dejar de pensar en ello. Al finalizar la clase salió apresuradamente, entró al estacionamiento de profesores y distinguió su objetivo: Daichi Harada, quién se dirigía a su auto con su rostro sin expresión de siempre.
Tragó saliva, dudando un poco; recordó todo lo que era capaz de hacer por su albino favorito, así que corrió a su auto, siguiendo a Harada. Cada que paraba en alguna señal de alto, su corazón se paralizaba, temiendo que el profesor se percatara de su presencia.
Entrando a una avenida transitada, pasaron unos minutos en los que Hipo se sintió completamente aliviado. Sintió que todo estaba saliendo a la perfección; Cuando, de repente, Harada se metió en una carretera algo oscura, a cada metro que recorría, la luz al igual que otros rastros de civilización humana iban desapareciendo poco a poco.
Hipo tuvo un mal presentimiento, pero no se dio por vencido y siguió el auto rojo del profesor. Sudaba a pesar de que el clima era demasiado frío para hacer algo como eso.
Pasó más o menos media hora donde la tensión aumentaba a cada segundo, algo le decía que el loco del auto de enfrente se había dado cuenta de que alguien lo estaba siguiendo, pero esto no le importó, ya que en lo más profundo de su mente sabía que debía seguirlo costara lo que costara, en eso sus pensamientos fueron interrumpidos por el auto que seguía el cual se giró bruscamente a la derecha entrando a un terreno baldío donde se detuvo.
Acto seguido Hipo estacionó su auto a unos metros de él, mirando como éste bajaba de su auto y se posicionaba en medio del terreno. En este punto de la carretera no se podía notar ni rastro alguno de presencia humana, sólo el sonido de los pájaros, las pocas estrellas que salían alegres a brillar y el color del cielo que anunciaba la llegada de la noche. El terreno era bastante amplio, era como ver un campo completamente solitario, algo realmente precioso. Harada se adentró y se quedó parado mirando el cielo como si estuviera esperando a alguien... ...y así fue.
Hipo miraba con algo de temor como un hombre con máscara y vestido en su totalidad de negro llegaba y se paraba detrás del mentor; no podía escuchar, pero creía que así era mejor.
Llegas a tiempo... Comentó el hombre de la máscara.
Yo siempre... Contestó Harada con una sonrisa maliciosa. El hombre sacó algo de su chaqueta y se lo entregó a Harada.
Muy bien señor puntual, será mejor que no cometa una estupidez, sabe lo peligroso que puede ser llevar algo así en la calle...
Descuida, no soy idiota.
Claro... El hombre caminó alrededor de Harada. Dime algo Daichi, ¿Qué planeas?
¿Mh? ¿A qué te refieres? Preguntó el aludido fingiendo confusión.
Sabes a lo que me refiero, no tienes un objetivo fijo ¿verdad? Haces sólo lo que quieres, sin ninguna meta y eso a veces perturba. Lo miró fijamente.
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The mad professor
FanficHiro Hamada creía haber experimentado lo necesario para su edad. La vida de un chico prodigio de catorce años era llevada con normalidad hasta que conoce a su profesor de historia de la filosofía, quién parece tener una insana obsesión con él pero...