Capítulo 1

148 13 28
                                    

''Como un pequeño bote en el océano, que emite grandes ondas con el movimiento. Al igual que una sola palabra puede abrir un corazón. Yo quizás solo tenga una cerilla, pero puedo provocar una explosión. Y todas esas cosas que no dije, son como bolas de demolición dentro de mi cabeza. Esta noche, las gritaré bien alto,

¿puedes esta vez oír mi voz? ''

.

.

.

.

Miro por la ventana las hojas del gran árbol moverse con el viento. Este árbol en especial me atrae, quizás por eso me gusta sentarme al fondo para admirarlo más de cerca. Sus flores de tan brillante amarillo me cautivan y la hermosura de su roble me tranquiliza.

Casualmente es justo aquí donde mis pensamientos me atacan con más frecuencia. Mi imaginación se siente libre y mezcla espacios de realidad y fantasía en la mayoría de mis dibujos.

El arte es una de las aptitudes a las que me dedico para mantener mi mente ocupada. La pasión, sin duda, me traslada a mi propio mundo y ésta ha sido, últimamente, como mi terapia personal.

La tristeza es un estado de ánimo que me permite estar a solas conmigo mismo.

Todos tenemos nuestro intenso y privado apocalipsis.

Desde hace ya un tiempo me decidí por tomar fortaleza de aquello que me derrumbó un día. Tomar cada uno de mis pedazos y reconstruirme a mí mismo. Ser alguien fuerte y capaz de protegerla.

Mi madre siempre me creyó más maduro de lo que mi edad aparentaba. Y creo que corroboré a su idea al tomar esa decisión con tan sólo 9 años.

Simplemente un día toque fondo. Pero fondo en serio. Y de ahí uno no vuelve a ser la misma persona nunca más. Para bien o para mal, la tristeza nos cambia.

Es mi realidad, y debo aprender a sobrevivir con ella.

Quien soy hoy define el esfuerzo y voluntad que significó serlo.

Escucho el repiqueteo de los lápices contra las mesas, lo que me hace volver a la realidad, y agudizo mi oído para mantenerme en órbita; suspiros cansados y bostezos.

Levanto la mirada y admiro a los que se encuentran en la habitación. Desde este punto tengo una vista panorámica de todo el salón.

El profesor Henry, quien nos da arte, está recostado en su silla frente al escritorio evaluando algunos trabajos. Detrás de él, se encuentra el pizarrón, brillante por el resplandor de los bombillos, escrito con la actividad que nos mandó al inicio de la clase.

Reviso mi reloj en mi mano izquierda de manera automática, faltan menos de dos minutos para el descanso.

Desvío mi vista hacia los alumnos que se reparten por toda el aula, con sus mesas de trabajo y los atriles a un lado de éstos.

Noto de inmediato como algunos se encuentran inquietos y otros fastidiados.

Desde mi asiento puedo oír los murmullos de chicas al cotillear sobre cualquier cosa y los chicos tratando de coquetear con algunas; aunque,la gran mayoría a decir verdad, eran rechazados.

Mientras que otros sólo trataban de no dormirse en la clase.

Pude ver incluso a Robert, el asistente del profesor, quien está sentado a unos cuantos asientos por delante, bostezar sin vergüenza.

Estamos a mitad de mayo por lo que debemos aprovechar al máximo los últimos trabajos, proyectos y exámenes, ya que al ser de último curso terminamod antes por todo el rollo de la graduación. Por lo tanto, eran importantes, si no querías reprobar, por supuesto.

Find Me.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora