Su risa estuvo en mi cabeza toda la noche.
¿Para qué mentir? No podía sacar esos ojos de mi cabeza. Era la única imagen que se reproducía en mi mente.
Ese día, al llegar a casa, los chicos se quedaron un rato. Pero lo único que hicieron fue molestarme por el hecho de estar "enamorado" de la chica sin nombre.
Y dejando de lado eso, no puedo evitar pensar unas miles de veces, cómo se llama, cuál era su nombre.
¿Qué acaso ella no sabía cuántos nombres empezaban con la simple letra 'E'?
Existían millones. Y aunque no supe explicar el porqué de mi insaciable curiosidad, no sabía cómo detenerlo.
En fin, mientras Daniel y Mason jugaban con el Wii en la sala yo estaba en la cocina buscando un vaso de agua.
De un momento a otro, en el que mi cabeza se encontraba dentro del refrigerador, la puerta —que separa la cocina de la sala— se abre bruscamente y reconozco la voz de Alex al gritar mi nombre, por lo que me sobresalto, y con el movimiento repentino golpeo mi cabeza contra el refrigerador.
Suelto un quejido sacando mi cabeza de este, y me froto la nuca para calmar el ardor, mientras oigo las carcajadas de Alex.
—Uy hermano, pero si parece que esa bombón te tiene en las nubes que te andas golpeando y sobre saltándote con todo —dice Alex entrando a la cocina soltando otra risotada.
—No seas imbécil. —digo acercándome a él, riendo, mientras intento golpearlo en la cabeza. Me resigno cuando no logro mi cometido y vuelvo mis pasos hacia el refrigerador para cerrarlo.— Y no le digas bombón. —recalco con autoridad, escucho su risa y sé que se está burlando para molestarme.
Giro los ojos al cielo exasperado.
— Ya, es enserio, déjenlo estar, sólo fui amable con ella, no por eso estoy enloquecidamente enamorado de esa chica —digo ya un poco saturado de sus burlas y comentarios.
Él me mira unos segundos para después sentarse en una de las sillas de la isla que quedaba en medio de la cocina.
— Está bien, está bien, pero sólo si me respondes una cosa. —hace una pausa dramática y alzo una ceja esperando por él— ¿Dime desde cuándo Tyler Leblond se sonroja a pleno sol delante de una chica? —pregunta divertido con una sonrisa jugando entre sus labios.
Me quedo pasmado por unos segundos, pensando.
¿Me había colorado en serio?
Que vergüenza.— Por supuesto no, no me sonr-... —soy interrumpido por los gritos, al unísono, de los gemelos.
— ¡Sí, sí te sonrojaste!
Se ríen maliciosamente mientras tratan de evitar que las carcajadas broten de ellos mientras corren hacia la cocina.
-Parecía un pequeño tomate -dice Mason entrando en la habitación seguido de Daniel.
-¡Nuestro pequeño esta creciendo! -exclama dramáticamente, esta vez, Daniel limpiándose una lágrima falsa.
-Oh, vamos, ya superenlo -vocifero volteando los ojos mientras me paso las manos por mi rostro, exasperado. No puedo evitar que una risa se me escape al imaginar sus burlas por un largo-verdaderamente largo-rato.
Siguen riéndose y hablando del tema como si yo no estuviera ahí, justo a su lado, por lo que me limito a chasquear la lengua.
-Pero dejame decirte que mejoraste tu gusto en chicas, ella es... ¡Wow! -clama Mason sabiendo que no me agradaría su comentario en lo absoluto. Lo miro mal y él me muestra una sonrisa gigante parecida a la del guasón.
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Find Me.©
RomansaEl día tortuoso en el que comenzó todo me genera escalofríos de tan solo recordarlo. Era solamente un niño, incapaz de imaginar lo que se avecinaba. Es increíblemente triste ver como pueden destruir a la persona que más amas hasta dejarla hecha peda...