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Me quedé helada, inmóvil por no se cuanto tiempo.

Mi cerebro no podía asimilar el que él estuviera aquí, ¡No podía estar aquí...no debía!. No quería que estuviera aquí, nunca habíamos sido amigos ni nada parecido para que se entrometiera en mis asuntos, además no quería ni un "lo siento" ni lastima de su parte, ni mucho menos que me viera en estas circunstancias... con el rostro golpeado y desecho por la lágrimas.

Lo que menos quería en esos momentos era ver el rostro de alguien de esta maldita escuela, alguien que posiblemente fuera a contar a los demás lo que me había pasado y que a penas y me conocía. Y lo que más que atemorizaba era que saliera con su discurso motivación barato al igual que mi Will ...

Alex se sentó frente mio y mi respiración se hizo más irregular de lo que era...como siempre estaba a punto de tener una crisis nerviosa pero esta vez era por una causa diferente.

El hecho de que Alex me mirara con tanta intensidad, de que se viera molesto, con rabia, con nostalgia...que me mirara de esa manera era raro... nunca había intervenido en ninguno de los problemas en los que había estado, en pocas palabras, siempre le había dado igual lo que pasaba en mi vida...como había dicho antes ¡no eramos amigos ni nada!

Me revolví en el suelo por la desesperación.

 ¡¿Qué hacía aquí?! ¡¿Por qué no se iba?!

El lugar era reducido, y ahora con Alex aquí, estaba un poco más apretado.

Intenté poner mi mente en blanco y no hacer ningún movimiento, llegaría un momento en el que se cansaría y se iría, yo no pensaba hacerlo porque tenía que ir por mi mochila al aula de clases y en estos momentos seguramente estaría repleta.

Respiré profundo y recordé todas las clases de meditación en línea que había tenido, que claramente había dejado de hacer porque no tenía paciencia para eso. Debía mantener la calma, me repetía una y otra vez.

No iba a permitir que un chico como él se metiera en mi vida, no quería tener más problemas... de ningún tipo. Me quedaría en silencio, sí, eso haría...para muchas personas el silencio era muy estresante, así que eso sería lo que haría...ser una estatua...que acaban de golpear.

Miré a mi izquierda buscando distraerme un poco, se veía el pasto verde y las marcas de los límites de la cancha, respiré profundo una vez más...esto se estaba tornado muy incomodo.

Nuevamente miré a Alex.

No había apartado su mirada de mí, y eso me estaba dando miedo...

—Mira lo que te han hecho...—su voz era ronca y apenas audible, llegué a pensar que se rompería.

Una vez más se removí en el piso ansiosa por que se fuera...pero si me hubieran dicho que él iba a extender su mano para rozar levemente mi labio roto, me hubiera reído. Y si me hubieran dicho que se iba a acercar a mí para besarme, me hubiera muerto de la risa.

Pero sí, así fue.

Me quedé inmóvil por unos segundos. Mi mente intentaba buscar una explicación lógica para lo que estaba pasándome. ¡Era imposible! ¡Desde cuando me había vuelto tan cercana a Alex como para que él me besara! ¡Ni siquiera nos hablábamos tan seguido antes de este día!

Pero sí pasó, y que me besaba con ternura que intentara ser delicado, dulce... hizo que la coraza que había puesto en mi corazón comenzara a derretirse lentamente... y tuve miedo. Mucho miedo. ¿ Y si Alice le había pagado?¿Y si era una apuesta? ¿Por qué a mi?

Mi labio roto ardía pero eso me daba igual. Mi cabeza estaba llena de dudas, hipótesis, de miedo. ¡Estaba segura que me volvería loca!... Pero había algo que sí tenía claro luego de aquel beso...

 Alex increíblemente en pocos minutos me hizo sentir que yo valía, que valía como persona, que valía mucho.., o eso creía.

, o eso creía

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Alex y yo durante el bullying (OstonHill #1) (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora