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Varios meses habían pasado desde que me vi con Alex, para mala suerte seguíamos siendo amigos. Y siendo sincera... todo este tiempo había estado luchado con mi corazón, por mucho que me gustaría repetir lo que había pasado aquel viernes...¡eso no podía ser! Había recapacitado y la verdad es que por mi salud mental no podía estar en una relación con alguien y mucho menos alguien como él... no lo merecía...

Era la época de exámenes finales, estaba llena de tareas y todo tipo de investigaciones pese a esto, las agresiones nunca habían faltado, pero como eso ya se había vuelto habitual en mi día a día, no le daba mucha importancia ¿Que era otro moretón en mis piernas u otra cicatriz?

Los pasillos estaban desérticos como era frecuente un viernes de fin de curso, todos se habían ido a sus casas a prepararse para el dichoso baile de despedida que los de último grado preparaban para toda la secundaria.

Yo estaba buscando en la biblioteca algunos libros para las investigaciones que tenía que presentar el próximo lunes, sí había terminado reprobando filosofía porque nunca iba a esas clases no solo porque no eran de mi interés si no porque los ataques de los matones eran en ese horario... sí, los malditos eran unos perros organizados.

Mientras pasaba por el laboratorio, escuché unos susurros que me alertaron. La piel se me erizó y todo mi cuerpo se tensó en cuestión de segundos, por tal razón, no me permití buscar de donde venían, todo estaba solo y tal vez eso era una  trampa para mi de eso tenía sospechas.

Y eso era.

En un abrir y cerrar de ojos, Adam me tenía contra la pared de lo que era el aula de química. Del susto los libros se cayeron al piso y golpearon sus pies.

—Lo...siento—fue lo que pude articular, tenía miedo, mi corazón estaba a mil.

Presentía que algo me iba a pasar, nada bueno.

—Así me gusta—Adam me daba asco, pero en este momento intimidaba. Su cabello negro estaba revuelto y sus ojos del mismo color, brillaban y estaban algo rojos... se había drogado.

Miré al piso rápidamente en busca de alguna manera de escapar... si me quedaba aquí sería mi final, pero en un movimiento brusco él hizo que levantara la mirada y lo viera directo a la cara.

—¡Sígueme!—me tomó por la muñeca y me arrastró hasta el salón. 

Abrió la puerta y mis ojos dieron muestra de lo que sentía, el grupo de los malditos estaba aquí...Alice y sus cinco chicas, Adam y sus dos amigos....

Todos al ver mi expresión rieron.

—Así me gusta Brooke, con respeto, calladita—la asquerosa voz de Alice casi me hace vomitar.

Los odiaba tanto que las lágrimas salieron sin permiso. Hoy era mi fin

—Chicos, ¿no creen que ya es hora que de este bicho desaparezca? Miren no más como llora—moriría.

—Sí...Y ya Brooke no seas estúpida, mira que llorar antes de que empiece el show es de aguafiestas—comentó un amigo de Adam entre risas.

—Luck, las cuerdas—indicó Adam quién aun seguía reteniéndome por las muñecas

Luck hizo lo que Adam había pedido, estaba petrificada, mis pies no me daban para salir corriendo. ¿Dónde había quedado mi valentía? estaban en el olvido como mi dignidad y amor propio desde el momento en el que permití tanto abuso...

Ataron mi manos.

—Espera, no le pongamos venda, es mejor que vea todo...será más divertido—malditos.

Comencé a patalear, no quería que me jodieran más de lo que estaba, era muy tarde para reaccionar pero...un golpe justo en mi ojos izquierdo hizo que cayera al piso perdiendo la estabilidad.

Max, el otro amigo de Adam, me había golpeado.

Veía borroso y eso fue otra causa por la que entrar en pánico... mi vida era una mierda, sí, pero no quería que mis últimos días de vida fueran como lo fueron... ¡¿al menos el destino me iba a dar a elegir una vez en mi vida?!

Rieron y me sentí más mierda. Eran una escoria de personas... ¡¿cómo putas podían existir?!

—¡Que comience la función!

Golpes y golpes llegaron a mi cuerpo. Mi gritos eran desgarradores tanto que no tenía ni idea del porqué no llegaban a socorrerme...las patadas y puños me invadieron, las risas de todos inundaron mis oídos cosa que hizo que confirmara el valor que mi vida tenía en esos momentos...el cual estaba debajo de cero.

—Te dije que te alejaras de él, que él era mío...pero como no me obedeciste...—Alice— Ya sabías lo que le pasa a las putas, ¿verdad?, entonces ¿¡por qué carajos te acostaste con él?!

Una patada en el estomago.

—Esto es por lo de los camerinos—Adam.

Una patada en la boca, el típico sabor a metal llegó a mi, ahora no descartaba la idea de tener dientes rotos.

Y así cada uno de los del grupo, fue diciendo algo acompañado por un golpe.

Mi cuerpo no daba más, preferiría haberme matado desde que todo esta mierda comenzó a tener que soportar esto.

Mis brazos estaban inmóviles, no sentía mis piernas.

Un valdazo de agua fría me hizo chillar aun más.

Mi vista estaba borrosa, me dolía todo, desde las puntas de mi cabello hasta mi dedo más pequeño.

El sonido de la puerta al cerrarse me indicó que todo había acabado.

Me quedé ahí, quieta, no podía pedir ayuda.

Esto era el fin, mi fin.








Alex y yo durante el bullying (OstonHill #1) (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora