Relata Sabrina
Amo a Bradley, pero no puedo esconderme en él para siempre. La vida también se trata de enfrentar nuestros problemas. No puedes huir cuando algo te duele. Debes quedarte, firme, y luchar, te duela lo que te duela. Quien lucha siempre sale victorioso. Y mi lucha está en mi casa, con mi padre y sus secretos. Y sé que debo descubrirlos. Quizás hacerlo me lleve a la muerte o algo por el estilo (y sí, me siento la peor basura del mundo al pensar así de mi padre), pero debo hacerlo. Necesito descubrir qué es eso que él oculta tanto. Necesito tener pruebas, necesito demostrarle a mamá que estamos viviendo con un monstruo.
Me despedí de mi novio y su familia. Tomé a Penny y emprendí la marcha hacia mi casa. Llegué y la observé. Una casa grande, blanca, de dos pisos. Un porche perfectamente acabado en la entrada, y una ventana de cada lado. En el piso de arriba, un gran ventanal que daba a la escalera, y dos balcones, uno a la izquierda que daba al cuarto de mis padres, lujosamente arreglado; del otro lado, el balcón que daba a mi habitación, con muchas plantas descuidadas y algunos atrapasueños de colores colgados. Nadie podría pensar que en esa casa de ensueños se vivirían tantos infiernos.
Sequé las lágrimas que corrían por mis mejillas y entré. Vacía. Como siempre. Digo, mi casa nunca está sola, pero siempre se siente vacía. Está llena de nada. Una persona no necesita una casa gigante, con dos pisos, un sótano y un patio todavía más grande que la casa; no necesita joyas valiosas, ni un armario lleno de ropa de diseñador; no necesita el último modelo de smartphone, el más actualizado, el que provoca que los demás te envidien; no necesita un auto carísimo, de esos en los que sólo entran dos. No. Una persona todo lo que necesita es amor. Esa sensación de llegar a casa y ver a tu familia reunida mirando televisión, que se esperen para desayunar, que se respeten las cenas, que las salidas familiares no sean agotadoras para nadie. Yo siempre necesité amor, y en casa nunca lo tuve. O, quizás sí, pero se apagaba oculto en tanta mentira, en tanto odio, en tanto resentimiento. Sólo sé que nunca sentí a mi casa como mi hogar, siempre presentí que vivía envuelta en una mentira, y aún no terminaba de descubrirla.
_¿Hija?_Gritó mamá desde el piso de arriba.
_Sí, soy yo_Le respondí.
Llevé a Penny hasta el patio y me senté en la hamaca que papá había hecho colocar cuando yo tenia tres años. Tomé mi teléfono y vi que tenía llamadas perdidas de Jackson, y un mensaje Bradley que decía "¿Llegaste bien?". Le sonreí a la pantalla del celular (algo que me había jurado no hacer nunca). Sí, terriblemente patético y hermoso a la vez. Le respondí y me puse de pie. Comencé a marcar el número de mi primo. Me atendió luego de un tiempo, desganado, se le notaba la voz quebrantada. Lo invité a venir a casa. Sabía perfectamente que todo eso se trataba de Sarah. Y, para motivos del corazón, no hay nada mejor que comer helado sentados en el sofá del sótano.
Llegó luego de cinco minutos. En Villey Green todo está increíblemente cerca. Mi mamá lo hizo pasar, sin antes abrazarlo, como abraza una tía a su sobrino luego de mucho tiempo sin verlo. Saqué dos potes de helado de la heladera, uno de chocolate y otro de limón, lo saludé y le hice una seña para que bajara.
_Pasé por la casa de Peyton cuando venía para aquí..._Comenzó a decirme.
_Jack_Lo interrumpí._No hagas eso.
_¿Qué?
_Buscarla. Te haces daño, ¿no lo notas? Tú estás aquí triste, sufriendo porque te dejó y ella ya está con su ex. ¿No te parece injusto?
_¿Por qué me parecería injusto?
_Porque tú tienes el mismo derecho a rehacer tu vida como ella. Hazlo.
_Pero me duele verla con él, Brini, ¿por qué está con alguien que la lastima?
_Porque no lo hace, ella lo ama, y cuando amas a alguien, nunca te va a querer lastimar a propósito, o por lo menos no para ti.
_Y yo la amo a ella.
_Lo sé. Y te entiendo. Pero escucha: es obvio que ver a quién amas con otro te va a doler. Lo va a hacer. Lo va a hacer y mucho, muchísimo, va a ser insoportable. Pero siempre debes seguir de pie. No dejes que esto te derrumbe. Considéralo como una experiencia. Que quede en tu memoria, como nada más que un triste recuerdo. Verás que pronto va a dejar de doler. Va a estar ahí, como cuando alguien está presente y no habla. Será un recuerdo silencioso, estará cerrado para que nadie lo toque. Quizás te moleste un poco hablar de eso al comienzo, pero pronto podrás hacerlo sin problemas. La vida se trata de eso: de dejar ir lo que nos lastima, de llorarlo (cuantas veces quieras, tanto como quieras), y por último, de aceptar que si se fue, fue por una razón, y es para bien. ¿Quién sabe? Quizás, luego de aceptar que todo terminó y de que te abras a conocer a alguien nuevo, descubras que el amor de tu vida estuvo siempre frente a ti, o cruzando la calle, o en otra ciudad, o por ahí. Algún día llegará alguien que te demostrará por qué no funcionó con nadie más.
_Pero... Con ella estaba funcionando, íbamos bien, ¿por qué todo fue de un momento a otro? ¿Yo no la hacía feliz? ¿No hubiese sido más fácil advertirme desde el comienzo que yo sólo era el clavo que sacaba al otro clavo? ¿Por qué hacerme pasar por esto? No puedo ver que esto sea un bien en mi vida, y no puedo hacer que no me duela.
_Y nunca te dije que pasará ahora. Debes darte tiempo.
-¿Cómo hago para olvidar todo lo que vivimos?
-Nadie te dijo que lo olvides. Recuérdalo, como parte de tu pasado. Recuérdalo como recuerdas a que jugabas con tu hermano cuando eran pequeños, que hacías los días de lluvias, o que comida te gustaba que hiciese tu abuela. Recuérdalo aceptando que terminó. Y permítete vivir.
_¿Tú crees que no me estoy permitiendo vivir?
_No lo creo, estoy segura. ¿Crees que eres el único que sufre por amor acaso?
_Tú nunca haz sufrido por amor.
_¿Y cómo lo sabes?
_Me cuentas todo.
_Eso no es cierto. La persona promedio tiene cuatro secretos que nunca le confesará a nadie.
_¿Y tu sufrimiento es uno de ellos?
_Quizás, pero es más una historia del pasado, con un chico que volvió hace poco.
_¿Quieres decirme que hay un chico que fue parte de tu pasado, se fue, y hace poco volvió?
_Sip.
_¿Y no es Bradley?
_Nop.
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buSCada (Brabrina-Sadley)
Fiksi PenggemarSabrina es una fría y manipuladora adolescente de 16 años, su padre la obliga a trabajar en la empresa más codiciada del pueblo. Bradley es un gentil y divertido joven de 17 años, ama ir al colegio y ayudar a su papá en el trabajo, él es dueño de la...