Josh cerró la puerta, el eco del portazo sonó por toda la calle. El ruido atrajo a un gris que arrastraba los pies perezosamente, justo como el chico lo había planeado.
Sacó poco a poco el cuchillo de la funda y esperó, el monstruo avanzaba lentamente sin apartar sus ojos cerúleos del muchacho. Una vez la criatura color ceniza estuvo lo suficientemente cerca el chico asestó un golpe veloz con la hoja del cuchillo, el filo cortó la piel reseca del monstruo, la criatura seguía caminando sin inmutarse del ataque de Josh.
El muchacho dio un paso atrás y se preparó para asestar un nuevo golpe, esperó paciente hasta que se sintió seguro, agarró con fuerza el mango del cuchillo y lo clavó en la frente del gris, éste perdió todas sus fuerzas y cayó al suelo, otra vez muerto.
Josh miró la hoja del cuchillo, estaba manchada de sangre negra y humeante. El chico la tocó y una quemazón horrible nació en sus dedos, asustado, limpió el líquido espeso con un pañuelo que empezó a convertirse en ceniza rápidamente. Por suerte la quemazón desapareció inmediatamente, se había librado por los pelos de quemarse los dedos. Limpió con otro pañuelo el filo del cuchillo y lo guardó en la funda, tiró al suelo el pañuelo en llamas y continuó su camino.
Entró en una casa que tenía la puerta destrozada y se agachó para esquivar los trozos que aún colgaban de las bisagras. Una vez dentro se quedó inmóvil y escuchó. El chico quería hacer como todos sus héroes de ficción que con un simple segundo sabían si la casa estaba llena de caníbales o no, pero a él no le sirvió de nada, volvió a desenfundar el cuchillo, agarró con fuerza el mango y lo mantuvo en alto por si era necesario utilizarlo.
El chico caminaba en silencio entre las sombras, empezaba a notar la presión de vivir en un mundo sin adultos, donde unas criaturas que no deberían existir te perseguían incansables.
Escuchó ruidos en la habitación que tenía a su derecha, se secó el sudor con la manga de la chaqueta, era su favorita, la de Shingeki no Kiojin que le regaló Beatriz para su cumpleaños. Entró en la habitación dando una patada a la puerta que cayó provocando un ruido sordo.
El muchacho esperaba encontrar dos o tres grises desorientados, pero se sorprendió al ver a dos chicos de su edad golpeando a una joven que sollozaba, atada a una silla.
Observó la escena detenidamente, uno de ellos llevaba una cresta mal peinada, el otro llevaba una gorra de la gasolinera de las afueras del pueblo, estaba tan sucia que parecía que se la había robado a un mendigo.
- ¡Que susto nos has dado colega! – dijo uno de los chicos después de abofetear a la chica.
Josh se quedó helado, había perdido el control y matado a un gris con sus puños, pero nunca se le ocurriría atacar a alguien de esa forma. Esos mamones le estaban dando mucho asco.
Miró a la chica, ella le devolvía la mirada suplicante, tenía los ojos llenos de lágrimas. Josh asintió decidido, iba a darles su merecido.
El otro tío, que parecía un poco más joven, golpeó el estómago de la chica. El muy cabrón se partía de risa, parecía el grito de una foca retrasada.
- ¿Te apuntas? – preguntó el de la cresta.
Josh estudió a los desgraciados y guardó el cuchillo en su funda. El chico que hablaba parecía ser el típico matón de instituto, daba órdenes al de la gorra, que parecía un poco más joven. Ninguno de los dos parecía tener nada con lo que defenderse y Josh estaba seguro de que si atacaba al matón el otro saldría por patas.
La chica volvió a mirar a Josh, tenía la cara roja por los golpes. Los chicos continuaban haciendo planes entre risas, el mayor se giró y miró a Josh decidido.
- Si nos ayudas a ablandarla te dejaremos disfrutar de la fiesta final – dijo dándole golpecitos a la chica – ya sabes a que me refi...
El chico aún no había acabado la frase cuando Josh le estrelló su puño derecho en la cara, el tipo cayó al suelo desorientado, momento que aprovechó Josh para propinarle un sin fin de patadas.
- ¿Qué clase de animales sois? gritó Josh entre patadas.
Para sorpresa de Josh el muchacho con risa de foca le golpeó en las costillas, Josh se dobló sin aire, en ese mismo instante el tío intentó golpearlo otra vez, Josh paró el puño con el brazo izquierdo e inmediatamente encajó un golpe en la nariz de su atacante. El chico cayó al suelo, momento que aprovechó el matón para acercarse a él arrastrándose.
- Te arrepentirás de esto – dijo el de la cresta levantando al otro del suelo – nadie me hace quedar mal delante de mi hermano.
El hermano mayor cargó sobre su espalda al pequeño que lloraba y salió tambaleándose de la habitación.
Josh se acercó a la chica y la desató utilizando su cuchillo. Ella no se movió, miraba a Josh petrificada, como si de uno de esos monstruos grises se tratara.
- Uno, dos, tres – murmuró la chica entre lágrimas – uno, dos, tres...
Si te ha gustado pincha en la estrellita, hoy es gratis mañana ya veremos y sobre todo cuidado con los Grises, hace tiempo que no les doy de comer.
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Los Grises (Wattys2016)
Science FictionQue harías si de repente desaparecen todas las personas menores de doce años y mayores de veintitrés?, si tu ciudad estuviese incomunicada bajo una cúpula? y te acosaran cientos de zombis color ceniza? A pocos meses de cumplir los veintitrés, Josh s...