Josh se adaptaba a la velocidad de Alex que avanzaba a paso lento pero constante, tan solo estaban a un par de calles de su casa. Las ganas de ver a Beatriz aumentaban con cada paso, solamente quedaban unos cientos de metros y ya podría respirar tranquilo. Fue entonces cuando Alex tropezó y cayó al suelo.
Josh se agachó para ayudarla, ella agarró su brazo y estiró con fuerza para acercarse a su oído.
- Eres mío, – le susurró – este infierno nos ha unido.
Josh se apartó y levantó la vista, algo se acercaba. Al instante se dio cuenta, no era algo sino alguien y no alguien cualquiera, era Beatriz, la vio a lo lejos corriendo hacia ellos y a tan solo unos metros de ella un gris iniciaba su cacería.
- ¡Cuidado! ¡Beatriz, cuidado! – Gritó desgarrando sus cuerdas vocales – ¡Va a por ti!
Sin embargo Beatriz ni se inmutó, no había oído su advertencia y continuaba corriendo, el gris cada vez estaba más cerca. Josh se levantó y corrió con todas sus fuerzas, las piernas le ardían, saltó y placó al monstruo.
Aterrizó sobre el cuerpo del zombie que crujió al entrar en contacto contra el suelo, pero desafortunadamente notó que algo también impactaba contra su cabeza y cayó a un lado inmóvil. La oscuridad lo invadía, tenía frío, algo espeso y cálido mojaba su cabello, más oscuridad... Josh notaba como poco a poco se alejaba de su mundo, flotaba, lo sacudía y movía. Escuchaba trozos de conversaciones a lo lejos, palabras sueltas y ruidos inconexos. Le pesaba la cabeza pero, por el contrario, notaba el cuerpo notaba el cuerpo muy ligero, como si no existiera.
- ¡Idiota! – Alex gritaba enfadada – No has... Josh... avisaba...
Josh no entendía lo que pasaba, seguía flotando en el limbo, sentía trozos de lo que parecía una conversación o, más bien una discusión, del mundo real pero sin poder escucharlo.
- No... sido... mía. – Lloraba Beatriz.
Josh quería evitar que discutieran, si de alguien había sido la culpa, era suya, él había saltado contra el gris, su cabeza era la que había chocado contra el trozo de hierro. Beatriz no tenía culpa de nada, Alex no tenía por qué ponerse así, hablarle así, no tenía que ser tan mala.
- Tenemos que... a casa. – Dijo Pichi serio. – Está... mucha sangre.
- Pichi, evita que discutan. – Le decía Josh al limbo – Cuida de ellas.
Nadie oía a Josh, de hecho ni siquiera hablaba, estaba sumido en un trance, estaba allá y aquí y en ningún sitio a la vez.
El limbo cambió de color, el tranquilo y apacible negro había desparecido, en su lugar estaba el doloroso rojo. Estaba siendo sacudido por un centenar de pinchazos, el dolor se extendía y contraía pero siempre atacaba en un mismo sitio, su ojo derecho.
Visiones del pasado golpeaban su mente flotante, millones de recuerdos bonitos con Beatriz, su risa, sus ojos grises, sus caricias, sus besos... Poco a poco la calidez de Beatriz le arropaba.
Muy lejos, lejos de la calidez de Beatriz, otros momentos flotaban, no eran tan numerosos ni tan bonitos, pero había algo en ellos que llamaba su atención. Unos intensos ojos verdes, un sinfín de pequeñas pecas, la calidez que acompañaba a esos recuerdos no era tan reconfortante, pero era agradable.
Los recuerdos estallaron en mil pedazos y el limbo rojo volvió a atacarlo, su mente era golpeada una y otra vez, todo despareció.
Poco a poco fue abriendo los ojos, las siluetas difuminadas se volvían cada vez más claras, pudo ver a tres personas atentas a sus movimientos, no estaba seguro pero se parecían a Beatriz, Pichi y Alex.
Las palabras parecían no querer abandonarlo, lo único que salía de su boca eran gemidos de dolor, su respiración se volvía cada vez más lenta, el pecho se movía cada vez más lento sin un ritmo continuo.
El dolor que sentía era intenso, apenas podía contener la tos, una tos que liberaba su último aliento, ya no quería seguir sufriendo, era insoportable, así que abandonó toda lucha, abandonó su lucha y por fin pudo descansar sin visitar el limbo, por fin quedó en paz.
Si has llegado hasta aquí sin haberle dado a la estrellita prepárate para recibir una horda de grises hambrientos a la puerta de tu casa jeje.
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Los Grises (Wattys2016)
Fiksi IlmiahQue harías si de repente desaparecen todas las personas menores de doce años y mayores de veintitrés?, si tu ciudad estuviese incomunicada bajo una cúpula? y te acosaran cientos de zombis color ceniza? A pocos meses de cumplir los veintitrés, Josh s...