Poco a poco Pichi fue recobrando el conocimiento, estaba tirado en el suelo, le pitaban los oídos y aún tenía la mente borrosa. Miró lo que antes había sido un campamento improvisado, su campamento. Cientos de huellas marcadas en la arena iban de aquí para allá, era difícil seguir el rastro.
El chico miró de lado a lado, no encontraba a Alex, gritó el nombre de la chica. Estaba desesperado, quería encontrarla, él la había salvado, era su responsabilidad. Siguió mirando las huellas sin rumbo hasta que vio unos surcos en la tierra, como si hubiesen arrastrado a alguien. Pichi se agachó para comprobar las marcas, justó al lado de las marcas había pequeñas gotas de sangre, el chico las tocó, aún estaban frescas. Se miró los dedos manchados de sangre y su enfado fue en aumento.
- No pueden andar muy lejos.- Se dijo a sí mismo para obligarse a continuar.
El chico corrió el último kilómetro que le quedaba hasta el pueblo, las marcas se perdían con el nacimiento del asfalto. Pichi maldijo en voz alta, continuó corriendo, esquivando como podía a las criaturas color ceniza que intentaban atraparlo.
A cada paso que daba estaba más cerca de encontrar a Alex.
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Josh había acabado de preparar las provisiones, comprobaba y aseguraba las correas de todas las mochilas, rebuscaba una y otra vez en los cajones de la cocina para ver que se podían llevar. Cada miembro del grupo iba a llevar una mochila, la cual tendría una muda, algo para comer y tres botellas de agua. La mochila de Josh iría un poco más llena, llevaría un botiquín, una linterna y un par de herramientas multiusos.
Josh estaba debatiendo consigo mismo si deberían llevar armas, fue en ese preciso momento cuando Beatriz lo abrazó por la espalda, él sonrió y la besó en la frente.
Beatriz aún iba en pijama, el pijama blanco que a Josh le gustaba, la chica tenía el pelo ligeramente despeinado y justo debajo de sus preciosos ojos azules dos marcas color negro que confirmaban que no había dormido bien.
-¿Crees que deberíamos llevar armas? - le preguntó a la chica.
Beatriz miró a Josh desconfiada, como si no quisiera entender lo que el chico decía.
- No me refiero a armas de fuego.- Dijo él.- Sinó a algún cuchillo o algo así...
- Es una forma de mantenernos seguros.- Comenzó a decir la chica.- Pero también puede ser peligroso para nosotros.
- No me ayudas Beatriz.- Se quejó.- A esa conclusión había llegado al segundo de haberme planteado si llevar un cuchillo sujeto al cinturón.
- Creo que tendríamos que reunirnos y debatirlo.- Concluyó ella.- Que cada uno diga lo que crea que es mejor.
La reunión no había servido, se sentaron alrededor de la mesa y nadie dijo nada, las chicas miraron a Josh y esperaron hasta que el chico empezó a hablar.
- Veréis, he pensado que deberíamos llevar armas para defendernos, creo que es la mejor opción que tenemos.
Las chicas seguían mirando a Josh atónitas por lo que había dicho.
- ¿Tenéis algo que decir?- Dijo enfadado.- ¿Os da igual lo que os pueda pasar?
No es eso Josh.- Dijo por fin Belén.- Es que no nos hemos hecho a la idea de tener que luchar por nuestras vidas.
- Ellos no se lo van a pensar dos veces antes de comerte.- Chilló el chico señalando la ventana.- Se acercarán a ti y te arrancarán la puta garganta como a la niña de antes.
- No te enfades.- murmuró Beatriz.- Sólo son niñas.
- ¿Cómo no me voy a enfadar Beatriz? - Siguió gritando el muchacho.- Tengo que protegeros, tengo que protegeros de esas malditas cosas y ni siquiera os atrevéis a llevar un puto cuchillo.
- No todos estamos locos como tu.- Chilló Belén mientras salía de la habitación dando un portazo.
Eva comenzó a llorar otra vez, los gritos la estaban poniendo nerviosa.
- ¿Dónde están mis padres Josh?- Preguntó la niña entre lágrimas.- ¿Por qué no están aquí para defendernos?
El chico no sabía que responder, se acercó a la niña y le acarició el pelo.
- No sé dónde están Eva.- Dijo con tono dulce.- De momento yo cuidaré de vosotras.
La responsabilidad abrumaba a Josh, cogió su mochila, la comprobó otra vez y se la puso. Miró el cuchillo que descansaba encima de la mesa dentro de su funda, lo cogió y lo ató al cinturón.
- Voy a buscar provisiones. En una hora estaré de vuelta, quiero que hayáis escogido algo para defenderos y estéis listas para salir.
Josh se acercó a Beatriz que negaba en silencio, le dio un beso en la mejilla y salió por la puerta.

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Los Grises (Wattys2016)
Fiksyen SainsQue harías si de repente desaparecen todas las personas menores de doce años y mayores de veintitrés?, si tu ciudad estuviese incomunicada bajo una cúpula? y te acosaran cientos de zombis color ceniza? A pocos meses de cumplir los veintitrés, Josh s...