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Aries en la imágen ♈ 

***          

 POV Escorpio

Desperté por el sonido de el viento meciendo  los árboles. ¿Qué mierda? 

Aún sigues soñando, Escorpio, aun sigues soñando.

 ¿En qué vida podría encontrarme en medio de una inmensa selva repleta de vegetación con animales observándome como si fuera la cosa más extraña de la Tierra? Joder, maldito sueño. Pellizqué mi brazo para comprobar que mi cerebro era el cual estaba imaginando todo, pero una sensación del dolor recorrió todo mi cuerpo. Me estremecí. Definitivamente no estaba soñando.

Me levanté rápidamente y observé a mi alrededor. Los animales ya no estaban, probablemente mi presencia ya los había asustado. Refregué mis ojos y quedé cegado por la luz del sol. Parecía de mañana.

¿Cómo es que llegué hasta aquí? Si mi memoria no me falla, lo último que me encontraba haciendo era follar con la de la cafetería. Ahora que lo pienso bien, aquella mujer era un asco. Y pensar que deje que toque mi cuerpo.

Mi estómago se revolvió. Diablos, tenía hambre. ¿Cuándo fué la última vez que comí algo? Parecía que hubieran pasado días sin mandar nada a mi boca, por lo que me sentía débil.

Me decidí por recorrer los entornos del lugar, de todas maneras, ¿qué más podría hacer? Tomé una rama que tenía cerca y comencé a recorrer el espacioso lugar. Sí que era amplio. Es una selva, genio. Los árboles obstruían mi vista, por lo que me era difícil reconocer lo que había delante de mí. Me dejé guiar por mi instinto, ya que no sabía donde me dirigía.

Al poco tiempo, divisé un lago a unos escasos metros, en línea recta. Me acerqué lo más rápido posible hacia allí y noté que el lugar no estaba mal. Quizás podría pescar si es que lograba fabricar una especie de arma. Estaba decidido a instalarme allí por un tiempo. Ahora tendría que pensar en el refugio. ¿Por cuánto tiempo se supone que estaría aquí?

Memoricé los elementos en mi cabeza y busqué en los alrededores, no muy lejos del lugar ya que no quería perderme, toda clase de objetos que me ayudaran a construir un refugio. Sonreí al divisar algo de madera en un extremo del suelo. Genial, era suficiente como para crear un lugar pequeño para una persona. La cogí como pude entre mis brazos y me giré, pero un grito me sobresaltó y todo cayó al piso.

Mierda, mierda y más mierda.

Volteé mi cuerpo y fijé mi mirada en el chico que corría con sus brazos levantados y una expresión de horror en el rostro. En serio daba risa. Detrás de él, noté que lo seguía otro chico con una sonrisa en los labios y sosteniendo algo diminuto en sus manos.

- ¡Ayúdame! - El chico rubio se abalanzó hacia mí, tirándome a el suelo.- ¡Esa cosa quiere comerme!- señaló a lo que traía su compañero.

- ¡Bájate, imbécil!- le grité y al instante se encontraba a un lado mirándome.- No vuelvas a tocarme.- le advertí con repulsión. Admiré a ambos y noté el parecido en nuestra ropa. Las prendas eran iguales.

- Lo sé, son iguales.- sonrió el chico de atrás, como leyendo mis pensamientos.- Por cierto, soy Sagitario.- soltó lo que tenía en su mano y la extendió hacia mí.

- No te tomaré la mano ni aunque fueses el último ser viviente en la Tierra.- dije y el chico al instante la apartó. Mi comentario no pareció afectarle en absoluto, aún mantenía esa alegre sonrisa en su estúpido rostro.

Encerrados En La Cabaña Zodiacal [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora