- Se supone que debían ser precavidos, no dirigirse a ellos de esa manera tan... ¡descuidada!- los puños de Emily golpearon con fuerza la mesa de caoba.La mujer fulminaba con la mirada a cada uno de sus empleados. La ira recorría sus venas, y sus ojos estaban rojos, reemplazando el azul de sus iris.
- ¡Idiotas! Maldición, ¿acaso no ven lo que ha ocurrido por no hacer lo que les he encomendado? Bien, yo les diré. ¡Los malditos signos raptaron a mi hijo!- gritó tomándo de las raíces de su cabello, y respirando hondamente, conteniendo la rabia dentro.
Acto siguiente, la mujer rubia tecleó en su computadora, y al instante se proyectó en la gran pantalla pegada a la pared la situación que tanto la aterrorizaba.
Eran cuatro signos, hombres, abalanzándose por encima de los hombres que trabajaban para ella.
- ¡¿Lo ven?! ¡Abran sus putos ojos y examinen eso!- alzó su dedo índice en el momento en el que capturaron a su hijo.
Volvió a suspirar por enésima vez, cerrando los ojos, intentanto mantener la calma.
- Saben que no me importa Sagitario. Me vale verga que sea o no mi hijo. Lo único que me importa son las concecuencias que puede llegar a traer.- se calló unos segundos y admiró a cada persona allí.- Y el único maldito problema es que... el es el único que sabe como sacarlos de aquí.
*
- Veámos, supongo que no está muerto.- Géminis picaba con un palo a Sagitario, mientras admiraba el ceño fruncido del chico.
Este lentamente fue abriendo los ojos. Cuando lo hizo, sus dos esferas inspeccionaron el lugar. La cueva secreta. Suspiró al darse cuenta de que estaban a salvo.
No te dejes llevar Sagitario. Sabes cuál es tu misión. No olvides completarla.
- Chicos...- susurró reincorporándose de lo que fuera en lo que estaba acostado.
Todos los signos tomaron una posición a la defensiva, alterándose ante las acciones de Sagitario. La desconfianza cubría el ambiente.
El intruso frunció el ceño ante eso. Una mezcla de sorpresa y desepción lo invadió.
- No me miren así, chicos, están asustándome.- comentó el rubio.
De un momento a otro, Capricornio se acercó a él con los brazos cruzados y los labios en una fina línea. Estaba enojada. Demaciado.
Sagitario, que no la había visto debido a que la peliazul se encontraba por detrás de los demás, admiró a la hermosa figura que amaba con un brillo en los ojos. Pero de un momento a otro, esto fue reemplazado por la furia, luego de que Capricornio estrellara la palma de su mano en la mejilla del chico.
- ¿Qué haces?- preguntó con ira, sobándose aquella parte afectada. Tenía su mejilla roja.
- ¿Qué crees? Dándote lo que mereces.- le respondió Capricornio.- Y créeme, te hubiera pateado las pelotas, pero soy lo suficientemente buena como para no hacerlo.
Sagitario la miró incrédulo, para luego reír sínicamente, negando con la cabeza.
- ¿Acaso crees que me duele emocionalmente lo que me haces? Mira, seamos sinceros, nunca me importaste. Era todo un puto contrato, ¿bien? Sólo jugaba contigo, Capricornio. Y me vale mierda si te duele o no. Son tus malditos sentimientos, no los míos.
Todos los signos quedaron boquiabiertos ante eso, y no pasó mucho tiempo cuando Escorpio y Aries decidieron abalanzarse hacia Sagitario y golpearlo, descargando su ira.
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Encerrados En La Cabaña Zodiacal [EDITANDO]
RandomLos doce signos del zodiaco se encuentran en medio de una inmensa selva, de la cual, no será fácil escapar. Amor, amistad, odio, celos, rencor... cada uno de los signos pasará por aquello. Tendrán que intentar convivir entre ellos, pero, ¿será eso...