Encerrados En La Cabaña Zodiacal [EDITANDO]

43

Los signos se miraron entre sí. Miedo, curiosidad, adrenalina, desconfianza. Ninguno de ellos decidió moverse, solo admiraron el gran helicóptero que sacudía los árboles que se interponían en su camino.

Ninguno dijo nada al ver el cabello rubio de la madre de Sagitario, quién traía un sonrisa dibujada en su rostro pálido.

- Creo que la he visto por algún lugar.- susurró Acuario para sí cuando pudo ver mejor a la mujer, entrecerrando sus ojos.

Virgo se golpeó su frente con la palma.

- Es la madre de Sagitario, idiota.

- Idiota tu abuela.- se defendió ella mostrándole su dedo del medio.

Escorpio miró mal a ambos, intentando decirles telapáticamente que pelear en ese momento, cuando probablemente esa mujer intentaría volver atrapados, era ridículo.

- Cállense y... ¡corran!- fue lo único que logró decir desde una punta Aries, al ser conciente de que unos cinco hombres bajaban del helicóptero, con armas y con atuendos color negro.

Ninguno protestó. Directamente, se lanzaron hacia la selva. En ese momento se encontraban en el centro de un claro en aquella selva, por lo que, llegar a la inmensidad de árboles y vegetación no sería tan fácil. Los separaban unos cuantos metros de por medio.

Hailey y Nathan se cruzaron en su camino. Ambos sonreían con sorna y malicía. Sostenían armas y estaban blidados al igual que aquellos hombres que no tardarían en bajar.

- ¿Qué mierda?- gritó Capricornio al observar como ambos los apuntaban con sus armas.

- No me digan que...- comenzó Tauro.- ¡Vendrán a ayudarnos a vencer a esos malditos!- señaló el helicóptero, el cual, ya estaba aterrizando.

Todos la miraron mal.

- Lo sabía, malditos hijos de puta.- Cáncer les dijo, con una expresión de enojo, y, a la vez, desepción.

Hailey rió.

- ¿En serio creyeron que seríamos amigos? ¿Nosotros y ustedes?.- soltó una carcajada.- Mírenos y luego mírense. Ja, ja, ja. Nunca.

Leo agachó su mirada.

- ¡Y pensar que tú, maldito estúpido, te acostast con ella!- Cáncer gritó con odio, refiriéndose a Leo. Luego se arrepintió de ello.

Todos se detuvieron a mirarla.

Géminis abrió su boca y luego la tapó con sus manos.

- ¿Q-qué?- preguntó con un hilo de voz, mirándo a Leo con sus ojos hechos agua.

El rubio solo negó con su cabeza, arrepintiéndose de haber hecho eso. Ya no podría retrocerder en el tiempo.

- Es... es una larga historia.

- ¡Ya no tenemos tiempo, acaban de bajar!- Virgo les informó sobresaltado, señalándo a los hombres blindados, quienes rodeaban a la rubia mujer, acompañada de la niña que una vez había aparecido junto a ella.

Nathan se interpuso en su paso.

- Ah, ah.- negó con la cabeza.- Ustedes vendrán con nosotros.

Cáncer, quién intentó continuar su camino hacia la selva, fue detenida por el pelinegro, quién la detuvo de su antebrazo con fuerza, provocando que un gemido de dolor escapara de sus labios.

- ¡Suéltala, hijo de puta!

Nathan lo miró y sonrió.

- ¿Tú me pararás, idiota?