Capítulo 6

124 15 7
                                    

-¿Erik?- digo mientras cierro la puerta de casa y echo todos los pestillos.
-¿Sí? Estoy en mi habitación.

Me acerco hasta allí y lo veo leer, es la primera vez en mucho tiempo que lo hace. ¡Por fin mi hermano se interesa por tener un poco de cultura!

-¿Qué raro no?
-¿El qué?
-¡Qué estés leyendo! Y encima a estas horas...-le digo desde la puerta.

Entro en la habitación y le pongo la mano en la frente.
-¿Estás bien? ¿No tienes fiebre ni nada?
-Joder, quita coño- me aparta la cara.
-¡Oye tú! ¿Qué te pasa en la boca?
-Ari, lárgate...
-No, ¿Qué pasa?
-¿Porqué preguntas?
-Por tu actitud. Por cierto, ¿Te ha llamado mamá?- llevo sin saber de mis padres desde antes de salir de casa...
-Sí, llamó antes. Dijo que se quedaban en la casa de la Tía Mayte, por no sé qué tontería...
-¿Entonces tenemos la casa sola todo el fin de semana?
-Sí, pero más te vale no traerte a ningún ligue de los tuyos eh...- me dice mientras sonríe
-¡Sabes que yo nunca haría eso!- le digo dándole un pequeño pero doloroso golpe en la nuca.
-¡Ah, claro! Porque no tienes...
-Cabrón- le digo cortante y fulminándole con la mirada.
-¡Oye! ¿Qué te pasa en la boca?- me dice haciéndome burla.

Erik cierra el libro y lo deja encima de la mesa, me pone la mano en el hombro y me aparta de su camino para ir al salón.
¡Este chico me saca de mis casillas!

Oigo la televisión encendida en el salón, voy hacia allí y me siento al lado de mi hermano.
Lo miro, pero él ni se da cuenta. Está demasiado concentrado en el programa de televisión.
Como ese programa me aburre, cojo mi móvil, primero miro el WhatsApp; tengo un mensaje de Moni:

Ya estoy en casa. Necesito hablar contigo... Es importante. Besos!

Esta chica cada vez es más rara...
Miro a mi hermano, ¡Está dormido!
Sigo mirando mi móvil, como WhatssApp no tengo más, ahora miro Instagram; puf, aquí tampoco hay nada interesante, un par de fotos de unas amigas, a las que les doy Me gusta por compromiso, otra publicación de una cuenta de frases y Spam, mucho Spam.
Salgo de Instagram y ahora me meto en Twitter; ¡Joder! No hay nada interesante. En ese arrebato bloqueo el móvil y lo dejo caer sobre el sillón.
Cojo el mando de las manos de mi hermano y cambio el canal, echan una serie policiaca, noticias, películas, videoclip de música y teletienda...
Apago la tele y voy a mi habitación, busco lo único que nunca me ha fallado ni nunca me fallará. ¡Mis libros!
Continúo con mi lectura de hush, hush es mi novela preferida. Me encanta como Nora se acaba enamorando de Patch. Leo un capítulo tras otro, noto cómo se me cierran los párpados...

Un ruido me despierta... Es un pitido constante. ¿Qué coño es eso?

Me levanto de la cama y veo que mi hermano sigue dormido en el sillón.
Suena el portero automático, miro la hora... 4:30 am. ¿Quién leches llama a esta hora?

-¿Sí?- respondo adormilada.
-Ari, necesito que me abras la puerta, es importante te lo tengo que decir... Es más necesito decírtelo ahora mismo.

Reconocería esa voz en cualquier parte, tiene un tono preocupado, impaciente... Y con una copa de más...
Sabía que no iba a tener una noche tranquila... ¿Abro? Sí, tengo que abrir... No puede quedarse en la calle... Aunque sean vacaciones de verano hace un poco de frío...

¡No! No pienso abrir. ¿En qué estoy pensando? Ni de coña voy a abrir la puerta.

-No, no voy a abrir, vete a casa, es tarde...
-Por favor Ari, es muy urgente...
-¡Nos acabamos de ver! ¿Porqué no me los has dicho?
-No me atrevía...

Cuelgo, me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación.

Aunque me siento un poco mal al no abrir...

Yo no soy así, no puede quedarse en la calle, vuelvo a girarme y abro el portal.

SÓLO  TÚ Y YO, NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora