Capítulo 15

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-¿Sí?
-Ari, ya he salido del hospital, lo tienes todo recogido. Voy directamente a casa, te espero allí ¿vale?
-Muchas gracias, Erik

Menos mal que él siempre está para ayudarme, le debo una a Erik.
Sigo caminando, había cogido el bus que queda en el hospital, pero ahora tendré que caminar un rato.

Vuelve a sonar mi teléfono.
-¿Qué ha pasado ahora Erik?
-¿Ahora tengo voz de un tal Erik, princesa?- había descolgado tan rápido que no me había fijado en el nombre... Vaya fallo.
-Aaay, lo siento Nico, acababa de hablar con mi hermano y pensé que volvía a ser él
-No hay de qué disculparse, princesa- se hace un silencio incómodo.
-Bueno... ¿Necesitabas algo?
-Hablar contigo- dice apenado
-¿Qué ocurre?
-Quería disculparme por haberte rechazado tan bruscamente cuando me dijiste que te acompañara al hospital.
-No pasa nada, Nico, no te preocupes por eso, supongo que tendrás otros planes...
-No es eso exactamente...- se le nota preocupado, pero me ha entrado la curiosidad.
-¿Entones cuál es el problema?
-Es algo que no te lo puedo decir por el teléfono. ¿Te apetece que quedemos y te lo cuento más tranquilamente?
-Pero... Si nos acabamos de ver...
-Ya lo sé, princesa... Pero es que no me atrevía a decirte nada, por si reaccionabas mal... Pero me he dado cuenta de que puedo confiar en ti.
-¿Todo eso en un día?
-Sep!- me contesta más alegre de lo que lo estaba antes.
-Bueno... Pues... Vale por mi bien, pero antes tengo que hacer algunas cosas. ¿Te parece que nos veamos en tres horas en la parada del autobús enfrente  del hospital?
-Perfecto, princesa. Allí nos vemos. Un beso.
-Un beso, Nico.
Cuelgo el teléfono y lo vuelvo a guardar en el bolsillo.
Ahora sí que tengo curiosidad por lo que me tiene que contar.
Pero también me siento culpable... Porque no estoy haciendo ningún caso a Din después de lo de sus padres... Ahora es cuando más apoyo necesita, aunque pensándolo por otro lado... Cuando me acerqué a él, me aparto... No sé de qué humor estará ahora, tal vez lo llame esta noche...

Voy tan concentrada pensando en lo mío que casi me paso mi casa.
Saco las llaves, abro la puerta y espero al ascensor.
-Hasta luego- me dice un vecino que se dispone a salir del edificio.
Lleva puesta una cazadora de cuero y unos vaqueros negros... Ese tipo nunca me ha dado buena espina...
-Adiós- le contesto por no quedar mal delante de él.
Abro la puerta del ascensor lo más rápido que puedo y entro. No vaya a ser que al tipo le dé por seguirme...

Por fin llego a mi casa.
-¿Erik?
-Estamos aquí- se refiere a su habitación. ¡Espera un momento! "¿Estamos?"
Me acerco hasta allí, es Moni.
Nos miramos durante cinco segundos a los ojos, se nos van a saltar las lágrimas. Ella se levanta y viene hacia mí.
Nos damos un abrazo que no quiero que acabe, cómo  lo necesitaba.
Cómo la necesitaba a ella, en esos momentos que no ha podido estar por culpa de mi padre.
-¿Cómo estás?- me pregunta quitándome las lágrimas de la cara.
-Mejor, gracias.
-Siento much...
-Shhhh... No digas nada, no hay nada que perdonar. ¡Anda, ven aquí!- le digo volviendo a abrir mis abrazos.
-Bueno, chicas, no quiero estropear esto, pero... Ari, aquí sobras- le miro arqueando una ceja. ¿Este de qué va?
-¿Y eso?- le pregunto
-Sí, ¿eso por qué?- me respalda Moni.
-Porque tú y yo- le dice refiriéndose a mi amiga- tenemos que hablar...
-Pero eso puede esperar
-No, que va- responde mi hermano
-Bueno, yo he quedado, así que, por esta vez te libras de mi...
-¿Con quién has quedado?
-Con Din- respondo rápidamente... Me molesta mucho tener que mentirle pero de momento no le voy a decir nada sobre la existencia de Nico. No vaya a ser que dé malos entendidos, se lo digan a Din y pase algo que seguramente no quiero que pase.
-Bueno chicos, os dejo aquí solos- miro a Moni- luego te llamo- ella asiente con la cabeza.
-Adiós- contestan al unísono.

Una vez en la calle, me dirijo donde hemos quedado Nico y yo.
No sé porque todo esto me pasa a mi, primero me fijo en Din, que es la persona que más quiero, pero luego aparece Nico, que no pienso que vaya a pasar algo entre nosotros, pero me preocupa la reacción de Din, porque seguramente se cabree al saber que me he hecho amiga de un chico, cuando no hay por qué.
Y cómo no es de extrañar, en este día,
mi teléfono vuelve a sonar, esta vez sí que me fijo en el nombre: Din

-Hola
-Hola, Ari. ¿Qué tal?
-Yo bien, lo importante es qué tal estás tú.
-Más o menos- se le nota disgustado.
-¿Qué pasa? Te noto preocupado
-Sí, bueno más que preocupado arrepentido por haberte tratado así, tú sólo querías ayudarme y yo te trate muy mal- oficialmente comprobado hoy era mi día de perdonar y recibir llamadas.
-No te preocupes está todo bien. Sé que el momento por el que estás pasando no es muy agradable- cómo que se le han muerto los padres...- pero tranquilo Din te comprendo.
-Menos mal que puedo contar contigo, mi amor. Eres la mejor novia del mundo- Espera espera espera, "mi amor", "novia", me gustan esos términos, y puede que si me los hubiera dicho antes de ir al hospital o estando en él hubiera sido la chica más feliz del mundo... Pero desde que vi a Din, ya hace dos semanas, que parece mentira que el tiempo pase tan rápido, en aquella clase, supe que era diferente, que todo iba a cambiar, claro que lo he ido conociendo más y no puedo negar que me he enamorado de él, pero ha habido cierta aparición que le ha dado la vuelta a todo.
No entiendo porque seré tan enamoradiza, o simplemente soy una ilusa, me atrevo a decir que un poco tonta...
Pero sinceramente, tengo ciertas dudas
-¿Ari? ¿Sigues ahí?
-Sí, sí, yo también te quiero. Oye, llego tarde a un sitio donde me necesitan, ya te llamaré. Adiós.

Cuelgo antes de que pueda responder.
Veo a Nico sentado en un banco cerca de la parada de autobús.
Me acerco hasta él lo más rápido que puedo.
-Hola, Nico- lo saludo sentándome a su lado
-Princesa- hace un movimiento de asentimiento con la cabeza para que me siente, aunque ya lo estoy.
-Bueno... Cuéntame.
Gira la cabeza y me mira fijamente a los ojos...
Me asusta su mirada, ¿habrá pasado algo grave?
-Tranquilo, Nico. Si no quieres contármelo no pasa nada.
-No, no es eso, sí que quiero pero es que es difícil de decir, nunca sabes cómo va a reaccionar la otra persona.
-¿Quieres que demos un paseo mientras?- intento relajar el ambiente. Nos disponemos a caminar hacia un parque.
-Bueno... Empiezo desde el principio...
El otro día cuando me viste en el bus, venia del hospital, justo cuando estabas pagando el billete yo me estaba sentando, entonces te vi, y no te puedo negar que no me gustaste...
-Nico no te desvíes
-Está bien, tienes razón: buenas pues eso, que venía del hospital era la segunda vez en la semana que iba allí...
-¿Por qué, te ha pasado algo grave?
-Déjame acabar- asiento con la cabeza pidiéndole disculpas- pues ese día, me daban los resultado de una prueba que me habían hecho...
-¿Salieron bien?
-¡Princesa!
-Perdón... Sólo quiero saber si salieron bien, si tú estás bien...
-Tengo cáncer.

SÓLO  TÚ Y YO, NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora