Capítulo 8

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Abro la puerta de mi casa y Moni abre la del ascensor, tiene la mirada en el suelo:

-¿Qué haces aquí?- si no recuerdo mal, y no lo creo porque ha pasado hace treinta segundos, la voz que escuche en el portero fue de chico...
-Venía a pedirte perdón por todo lo de antes... Estoy muy arrepentida de cómo te hablé...
-No te preocupes te perdono- le sonrío.
-Ah, otra cosa más...- se echa a un lado dejando ver a Din en el ascensor. Está sentado y ¿dormido?
-¿Qué hace aquí?
-No lo sé pero cuando venía hacia aquí para hablar contigo me lo encontré en el portal.
-Joder... Ayúdame a pasarlo dentro y esperamos a que se recupere un poco.
-Vale, coge tú de las manos y yo de las piernas- tal y como ha dicho Moni cogemos a Din- vale a la de tres, una... dos... ¡y tres!
¡Cómo pesa! La madre que me...

-¿Qué coño estáis haciendo?- oigo a mi hermano preguntar desde la puerta.
-Recoger margaritas, no te jode...- le bufo a mi hermano para que deje de molestar.
-Niñata- dice entre dientes.- Esperad que os ayudo- se acerca a nosotras y coge a Din
-Menos mal, pensé que te ibas a quedar ahí parado.
-Cállate. Cállate. Mejor cállate porque la tenemos...

Cierro la puerta de casa y enciendo la luz de la sala de estar, mi hermano y Moni colocan a Din en el sillón.

Voy a la cocina a por un trapo y lo mojo en agua.
Cuando llego al salón, ahí los veo otra vez, con sus miraditas misteriosas y sus sonrisas... En fin, me acerco a Din, me siento en una pequeña parte del sofá y le pongo el trapo sobre la cabeza. Ahora solo falta esperar a que se despierte.

-Bueno mientras esperamos, Moni, ¿Porque venias a hablar conmigo a las 4:30 de la mañana?
-Puff, mejor te cuento luego- dirige los ojos hacia mi hermano, queriendo decir que me lo cuenta cuando él no esté delante.
Asiento con la cabeza.

-¿Quién le ha dado mi dirección a Din?
Moni alza los hombros y niega con la cabeza.
-Habrá que esperar a que se despierte...- digo mirándolo, me dirijo a mi hermano- ¿Y tú? ¿Cuándo te has despertado?
-Nunca me he dormido...-dice mirando a Moni y después a mi.
-¿Y porque has fingido?
Pero él no responde... Se levanta y se limita a decir:
-Me voy a la cama
-No, no, no, no. Tú te quedas aquí, y me explicas ahora mismo porque has fingido estar dormido.
-Vale, tú lo has querido. ¿Te acuerdas que estuvisteis comiendo aquí?- nos pregunta a las dos.
-Sí- le respondemos al unísono.
-¿Y qué os ibais a una fiesta o no sé qué?
-¡Erik! Al grano- le digo desesperada.
-Vale, vale. Bueno, pues yo también he estado en la fiesta.
-¡¿Qué?!- digo asombrada.
-Sí, bueno sigo, el caso es que lo vi todo Ari... Lo que pasó con Din, lo de los vasos de Moni y la discusión en el porche...
-Joder... ¿Y porqué no me has dicho nada?
-¡Me dejas acabar! Cuando te fuiste dando el portazo, le di a Din tú teléfono y le dije que te lo devolviera.
-¿Cómo conseguiste el teléfono?
-Joder, hermanita es muy fácil robarte, te lo quite cuando ibas a por tu abrigo para irte. Luego te enfadaste con Din y te fuiste y ahí yo le di la dirección.

En ese momento Din abre poco a poco los ojos.
-¡Din! ¿Estás bien?- le digo quitándole el trapo de la cabeza y peinándole un poco.
-Sí, sí, pero ¿Qué hago aquí?
-Estás en mi casa Moni te encontró en el portal... Ibas borracho...
Se incorpora un poco y mira a su alrededor.
-Joder, lo siento Ari. ¡Ay, mi cabeza!- grita llevándose la mano a la frente.
-Tranquilo, no te preocupes- le digo pasándole la mano por la frente y bajándolas por las mejillas.
Él sonríe y pone su mano sobre la mía, cuando estaba acariciando su mejilla.

-Bueno... Nosotros estorbamos, así que... Nos vamos- dice Moni agarrando la mano a mi hermano y yéndose a la cocina.
Mierda nos hemos quedado solos... Suspiro y lo miro.
-¡¿En qué estabas pensando?! ¿Porque bebes, Din?-le replico levantándome del sofá.
-¿Me estás echando la bronca?- dice incorporándose
-No... Pero joder... Me has preocupado.
-Es que te fuiste tan enfadada de mi casa, que me maldije a mi mismo por haber hecho enfadar a la única persona que me ha prestado algo de atención en el curso...
-Pues vaya manera de agradecerlo tienes...
-Ya sé que no ha sido la más correcta... Pero es que...
-Déjalo, no hace falta que me des explicaciones...- quiero irme a la cocina con mi hermano y Moni, pero no puedo dejarlo ahí...
-Mejor me voy...- le digo.
-No por favor, quédate - está vez es él el que se incorpora.
-Sí Din, va a ser lo mejor, no hace falta que me des ninguna explicación de nada. Solo hemos bailado cinco minutos juntos, no significa nada- a medida que avanza el diálogo más me doy cuanta de que es una conversación de besugos...
-Para ti a lo mejor no ha sido nada, pero para mí, lo ha sido todo...- dice acercándose cada vez más a mi
-¿A qué te refieres?- le pregunto con la respiración más agitada.
-¿Todavía no te das cuanta, Ari?- se aleja un poco.
-Mejor me voy a por un vaso de agua, que lo necesitas- me doy la vuelta y me dirijo allí.
Din me agarra del brazo me da media vuelta, coloca rápidamente sus manos en mi cintura y me besa.

SÓLO  TÚ Y YO, NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora