Capítulo 9

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Sigo besándolo, no puedo apartarme, no quiero apartarme.
Coloco mis brazos rodeando su cuello, no quiero que se separe. ¡Lo tengo delante de mí, besándome!
Es lo que llevaba esperando desde que lo vi en su pupitre respondiendo aquella estúpida adivinanza. No me había dado cuenta de que lo quería hasta ese momento.

Esto es mucho mejor de lo que esperaba. No pienso en nada, ni en Moni, ni en mi hermano, ni en mis padres...
Solo pienso en él.
Y en mi.
En nosotros.

Se separa despacio de mi, me mira directamente a los ojos, no le aguanto la mirada y la bajo.
Sin decir nada, con su mano alza mi barbilla hacia arriba y me vuelve a besar.
Esta vez, se separa y dice:
-¿Te das cuenta ya?- lo dice tan bajito que casi no logro escucharlo.
Asiento con la cabeza.

-¡¡Ari!!-oigo gritar a Moni desde la cocina, no le hago caso, estoy mirando a Din.
-¡¡Ariadna!!- ha dicho mi nombre completo, no es buena señal.
No dejo de mirar a Din. Y me dirijo a la cocina.

-¿Qué quieres pesada?- le digo en un susurro para que no lo oiga Din.
-Pues que son las 5:00 am y Din sigue aquí.
-¿Y?
-¡¿Cómo que "y"?! Pues que se tiene que ir.
-¿Por qué? No es molestia
-Porque tú y yo tenemos que hablar- dirige su mirada a mi hermano indicándome que él no puede estar delante.
-Joder... Está bien.
Voy a buscar a Din al salón. Pero Moni me adelanta y se limita a decir:
-Fuera de aquí- y le sonríe como si nada.
-¡Moni!- le digo golpeándole en el brazo.
-Tranquila, Ari, no pasa nada. Yo ya me iba que es un poco tarde- me dice Din.
-¡Un poco, dice el *jodio*!- reprocha Moni.
Definitivamente, no puedo con esta chica... No hay nadie como Moni, ¡Y menos mal!
-Vale- le digo avergonzada por el comportamiento de Moni.
Se acerca a mí y me da un beso en la mejilla de despedida, Moni se queda con la boca abierta.
-Gracias por todo.
-No las des, sabes que puedes contar conmigo- ¡Conseguido! He hablado con él y no he parecido una tonta.

Moni y yo lo acompañamos a la puerta.
-Pero date prisa, hombre de Dios. No tenemos todo el día- dice groseramente Moni.
Estoy muy avergonzada... ¡Cómo puede comportarse así con él!
No le ha hecho nada...
Din le dirige la primera mirada de la noche, y si las miradas matasen... Moni ya estaba muerta y enterrada.

Mi hermano sale de la cocina para despedir a Din.
-Bueno, Din. Nos vemos- y le tiende  la mano.
Din sonríe y se la tiende también, el apretón de manos dura cinco segundos y se está haciendo incómodo.

Moni al ver que Din ya se va, se da la vuelta más tranquila y se dirige, por lo que puedo llega a ver..., ¿A mi habitación?
Mi hermano hace lo mismo que Moni, pero éste se vuelve a la cocina.
Din me mira y me pregunta:

-¿Te apetece que quedemos mañana?
-Vale- le respondo sin pensármelo. Mis padres no vuelven hasta dentro de unos días, y es verano, así que no le veo inconveniente.
-Perfecto. ¿Paso a por ti...?
-¡¿A las ocho?!- me adelanto a decir.
-Está  bien- se da media vuelta y abre la puerta del ascensor.
-¡Espera, Din!- se gira hacia mi y alza las cejas.
-¿Qué vamos a hacer?- suelta una carcajada y responde:
-Mira que eres impaciente... Solo te puedo decir una cosa: ¡Sorpresa!- frunzo el ceño y me cruzo de brazos.
-¡Eso no vale!- le digo. Vuelve a reírse.
-¿Hacemos una cosa?- le propongo.
-Estoy abierto a opiniones- contesta.
-Pero... Si aceptas... Llevaría una condición.
-¿En serio? ¡Uy! ¡Qué tentador!- dice frotándose las manos.- ¿De qué se trata?
-Solo te lo puedo decir si me aseguras que vas a aceptar.
-Venga, Ari. Déjate de rodeos. Acepto, pero solo si es legal- esta vez la que se ríe soy yo.
Oigo pasos detrás de mí.
-Joder, todavía sigues aquí...
-Moni, está hablando conmigo, déjale en paz.
-Está bien, está  bien. Como quieras-
Vuele a irse y esta vez entra en la cocina. ¡Menudo recorrido turístico se está haciendo por mi casa!
Vuelvo a mirar a Din, que está volviendo a llamar al ascensor.

-¿Me lo dices ya?- me armo de valor para decir:
-Quédate aquí- digo en un hilo de voz. No creo que me haya escuchado.
-¡¿Qué?! ¡¿Me lo dices en serio?!- por mala suerte si lo ha escuchado.
-Bueno así te ahorras el paseo de volver hasta aquí.
-¿A sí? ¿Y dónde duermo, en el suelo?
-Puff, por favor, Din. Son las 5:45 am, no creo que nadie que está en esta casa vaya a dormir.
-Pero... ¿Y Moni? Como has podido comprobar no me soporta.
-Moni que diga lo que quiera, esta es mi casa.
Din se queda pensando que hacer. Tampoco le estoy pidiendo matrimonio, solo quiero poder hablar con él de lo que ha pasado.
-¿Entonces, te quedas?

SÓLO  TÚ Y YO, NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora