Hoy es mi primer día de universidad, me levanto contenta, preparo mis cosas y bajo a la cocina. Cuando entro está mi madre sonriendome con mi desayuno en sus manos.
-Buenos días hija, vamonos para allá. - la sonrío.
Cojo mi desayuno y mi mochila y me meto en el coche. Es un camino bastante largo y silencioso. Cuando llegamos allí mi madre decide acompañarme a mi nuevo cuarto.
Abro la puerta y me encuentro a una chica llena de tatuajes y con el pelo rosa tumbada en una de las camas y a su lado un chico rubio y también con tatuajes, la verdad es que es bastante guapo.-Hola, soy tu compañera de cuarto- dice la chica levantandose de la cama -me llamo Aroa.
-Hola, yo soy Lucía- le digo con mi mayor sonrisa- y tu eres....?- digo mirando al chico rubio.
Me mira, pone los ojos en blanco y se da media vuelta.
-Bueno, él es Hugo, no te preocupes él es asi, ya te acostumbrarás- nos reimos las dos.
Hugo pone otra vez los ojos en blanco y dice:-Bueno vamonos- se levanta y abre la puerta.
-Adios- dice Aroa.Cuando cierran la puerta mi madre empiez a gritar.
-No me gusta tu compañera de cuarto, que se cree ¡Que puede traer aquí chicos!, diremos que te cambien de habitación.- parece que va a echar humo por las orejas.
De repente se abre la puerta y aparece Hugo, entra y coge sus llaves. Se para delante de mí, me mira de abajo a arriba y se para unos segundos a mirar mis pechos, me empiezo a poner nerviosa pero por suerte le llama Aroa y aparta la vista, cierra la puerta y se va.
-Mamá dejame en paz, con estos chicos no me voy a relacionar, da igual que esté Aroa o no en mi cuarto.- digo renovando la conversación.
-Bueno, ya eres mayorcita, pero por favor Lucía, eres la única hija que tengo... Centrate en tus estudios. -me abraza y empieza a llorar.
-Tranquila- empiezo a llorar.
Mi madre sale de la habitación dandome dos besos.