Se oye la respiración de Hugo al otro lado del teléfono. Se nota que está cabreado.
Cuando ve que no digo nada más empieza a hablar.-Adiós- y cuelga antes de que pueda decirle algo.
Empiezo a llorar y llorar.
Aroa me abraza y me consuela.-¿Prefieres estar sola?- me dice.
-Bueno- le digo en soñozos.Cuando oigo el ruido de la puerta cerrandose, empiezo a gritar.
-LUCIA ERES GILIPOLLAS, TENGO QUE DEJAR A ESE CHICO, LE ESTOY HACIENDO DAÑO A EL Y A MI MISMA, JODER SOY GILIPOLLAS- me digo a mí misma gritando como una loca, espero que nadie me escuche.
Me tumbo en la cama para tranquilizarme pero caigo en un profundo sueño.
Pasan las horas y me despierto por un pequeño ruido, me froto los ojos y bostezo.
Cuando entro en sí, me doy cuenta de que el ruido proviene de la puerta, están llamando. Me levanto, me pongo mis zapatillas y la abro. Es Aroa, viene alterada.-Dios, dios, no te puedes imaginar lo que ha pasado- está bastante nerviosa.
-Aroa tranquilizate, ¿qué ha pasado?- la digo para intentar relajarla.
-Joder....- da un pequeño suspiro.