Suena mi despertador, me levanto cansada y sin ganas de ir a clase.
Me pongo mi ropa, un poco tapadita ya que no voy a una fiesta. Un jersey negro de cuello alto, unos vaqueros y mis preciosas superstar.
Despierto a Aroa:
-Vamos, hay clase- le digo dandole en el brazo.
-Dejame, quiero dormir, hoy no ire- y se da media vuelta.
Me rindo y la dejo dormir. Cogo mi mochila y salgo por la puerta. Cuando la abro me encuentro a Hugo enfrente de mí.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto.
-Vengo a recogerte- me dice con una sonrisa un poco forzada- nos toca filosofía juntos.
-Es verdad- digo pensativa.
Nos damos media vuelta y nos vamos a clase.
Por el camino paro en la cafetería para tomarme un café, ya que todavía faltan 20 minutos. Hugo decide pedirse un donut.
Nos sentamos en una mesa, uno enfrente del otro.
Le doy un pequeño sorbo a mi café y cuando alzo la cabeza está Hugo pegandole un bocado a su donut, y se le ha quedado chocolate alrededor de la boca.
Me rio:
-¿Por que te ries?- yo sigo riéndome- ¿eh? ¿qué tengo?
-Limpiate anda- le doy una servilleta- tienes toda la boca llena de chocolate.
-Ups- dice preocupado- no has visto nada.
Cuando terminamos nos levantamos y vamos de nuevo a clase.
Nos sentamos cada uno en su silla correspondiente.
Ojalá nos hubiera tocado al lado, pero no hubiera atendido a ninguna clase.
El profesor llega y se presenta. Nos da una charla sobre lo que va a tratar filosofía y qué cosas vamos a hacer.
