Capítulo 12

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-Espera nena- me dice.
-¿Qué pasa?
-Estamos en el hospital, nos podrían ver. Tendremos que esperar a llegar a la universidad. Dios es verdad, si me hubieran pillado me hubiera muerto de la vergüenza.
-Joder....- digo en bajito.

Nos ponemos nuestras camisetas y nos sentamos en el borde de la cama.
Nos quedamos en silencio y abrazados un buen rato.
Escuchamos unos pasos que provienen de fuera de la habitación y se dirigen hacia aquí. Nos separamos y aparece la doctora por la puerta.

-Bueno Hugo, tengo buenas noticias- sonríe- ve recogiendo tus cosas, ya te puedes ir. Pero tienes que venir mañana a que te vean las heridas, algunas son profundas.

Sale de la habitación.
Empieza a recoger sus cosas, cuando termina salimos de la habitación.
Le decimos adiós a la mujer de recepción y vamos a su coche.

-Si quieres conduzco yo- le digo.
-Pues la verdad que me harías un favor, me duelen bastante los cortes.

Me subo al coche y él también. No veo mucho la carretera ya que hay mucha niebla y es un día oscuro.

-Me encantan estos días- digo.
-Son los mejores- me sonríe.

Lo que queda de camino lo pasamos en silencio.
Cuando llegamos aparco y nos bajamos del coche.

-Espero que no esté Aroa- dice cruzando los dedos.
-Tranquilo, seguro que no está- digo demasiado segura.

Cuando llegamos a la habitación efectivamente Aroa no está.
Cierro la puerta, me coge corriendo de las manos llevandome a mi cama, me tumba.
Él se levanta, se quita su camiseta y los pantalones. Y decido quitarme la camisa.

-No, estate quieta- dice parandome las manos- ya me ocupo yo de quitarte la ropa- me guiña un ojo.

Se termina de quitar los pantalones y se sube encima de mí.
Me empieza a quitar la camiseta, me desabrocha el sujetador y pasa su lengua por toda mi tripa hasta llegar a las caderas, y se me ponen los pelos de punta.

-Nena eres impresionante.

Me desabrocha el pantalón y me lo empieza a bajar.

-Que mojada estás, solo por mí.

Me pongo roja. Que vergüenza.

-chss...tranquila...no te tienes que avergonzar por nada. Eres todo mía.

Solo Un SegundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora