-¿Y si nos vamos de aquí?- le digo mirando a toda la habitación.
-No se si me darán el alta....joder...yo me noto bien. No se porqué he hecho esto, ha sido un arrebato de cabreo por ti.- me dice dándose en la cabeza.
-Bueno, voy a llamar a la doctora- salgo de la habitación.
La busco por los pasillos, no la veo. Decido ir a recepción.
-Hola, ¿la puedo ayudar en algo?- me dice la mujer.
-Si, me podría decir donde está la doctora de la habitación 666, por favor.
-Por este pasillo todo recto la segunda puerta a la derecha- me dice señalándomelo.
-Gracias.- le digo con una sonrisa, voy hacia allí y llego a una habitación amplia, de color blanco. Oigo unas voces, me giro y allí están varios doctores, y entre ellos está la doctora de Hugo. Me acerco a ella y se lo digo.
-Bueno pues vamos a verle y ya te digo si le doy el alta o no. Pero como conforme estaba yo creo que no.
Me pongo triste al segundo.
Vamos por el pasillo hasta que llegamos a habitación, abrimos la puerta y está Hugo sentado en la cama.
-No, no Hugo, tumbate- le dice medio regañandole.
Coje su estetoscopio y se lo pone en el pecho, hace un gesto raro con la cara pero lo deja pasar. Luego le levanta la soga de las heridas de la muñeca, ya no están sangrando. Y por último le dice que aspire e inspire.
-Bueno pues creo que te quedarás aquí unas horas más, lo siento.- y se va por la puerta.
Le miro, está triste, joder que bueno está. No puedo estar más con este calentón. Como siga mirandole me tiro encima de él y le arranco la ropa, pero luego me arrepiento, soy bipolar.
-Ven aquí- dice Hugo dando golpecitos en el colchón.
Me tumbo y apoyo mi cabeza en su hombro.
Escucho su respiración. Está tranquilo, se le nota.
