Gotas de sangre

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Un buen baño es lo que le hacía falta a Yu Kwon, pero no simplemente con agua si no con jabón y champú para el cabello grasiento y enmarañado que traía. Min Hyuk se preguntaba desde cuando no se lo habría lavado. Si no le gustaba quitarse la máscara es obvio que nunca lo llegó a hacer y durante el tiempo su grasa natural, el sudor y la mugre de la calle se le habían adherido entre las hebras por lo que necesitaría un buen tiempo para que quedara completamente limpio.

Yu Kwon salió del baño ahora con el cabello revuelto y mojado, Min Hyuk lo sentó en un sillón y sacó unas tijeras y un peine para emplear sus dotes de estilista; no es que tuviera conocimiento de ello pero durante todo ese tiempo él se encargó de cortar su cabello así que si lo hacía con alguien más tal vez no habría problema.

-¿Sabes lo que haces? – preguntó Yu Kwon antes que el otro comenzara a cortar.

-Sí, yo me corto el cabello y ya ves que bien está – comenzó a peinarlo - Definitivamente eres como una mascota, hasta el cabello debo cortarte ¿También debo limpiar tus desperdicios y sacarte a pasear con una correa? – rió. Yu Kwon bufó y Min Hyuk comenzó a cortar.

Tan sólo recortó las puntas y lo suficiente del flequillo para que se le vieran los ojos, no lo dejaría con un corte muy bajo y más porque no creía que fuese su estilo. Le secó bien el cabello con la toalla y lo peinó hacia atrás dejándole descubierto el rostro. Al Yu Kwon verse en el espejo fue como si hubiese hallado algo nuevo que nunca había visto; tenía tiempo que no veía su cara y se daba cuenta lo mucho que había madurado ya, pero ese aspecto demacrado hacía no querer volver a mirarse. Regresó a la habitación y de la bolsa de la librería comenzó a sacar unas pinturas para ponerse a pintar en los lienzos que lo esperaban.

-¿Estás bien? – le preguntó Min Hyuk quien se hallaba de pie en el marco de la puerta mirando lo que hacía.

-Sí – respondió con desgano. De pronto dejó lo que hacía y se sentó al borde de la cama – Es tan extraño no tener esa máscara puesta. La odiaba pero me siento...Incompleto, desnudo ¿Sí me entiendes?

-No sé, nunca usé una – se sentó a su lado.

-Explícame bien como funciona todo esto.

-Yo nunca necesité una máscara, siempre fui inmune al aire ¿Por qué? No tengo idea, soy sólo un afortunado. Gente del gobierno al ver eso me encerró en un laboratorio y comenzaron a hacer pruebas conmigo para ver si hallaban una cura pero yo me escapé. Tenía mucho miedo y no me gustaba estar allí pero yo pude haber sido la solución a todo esto, no a la situación del país pero sí a la calidad de vida de sus habitantes. Con mi sangre todos podrían vivir sin esas horribles máscaras – miró el cuarto a su alrededor contemplando la decoración que Yu Kwon hizo. No era su estilo pero era interesante – Fui egoísta ¿Pero por qué habría de darle mi sangre a un montón de desconocidos que no me importan?

-¿Y por qué me la diste a mí?

Min Hyuk miró a Yu Kwon, contemplando su rostro algo aniñado e inocente y de facciones muy finas. Para nada se imaginó que fuese así después que se comportara como un animal salvaje, era más bien como un cachorro asustado que intentaba sobrevivir con uñas y dientes y que la vida le había dado tantos golpes que tuvo que convertirse en una bestia a la fuerza. Apostaba que en el pasado era un muchacho muy bueno.

-Ya te dije por qué, no quiero que vivas aquí con esa careta puesta.

-¿Y por qué me dejaste quedar? Dijiste que odiabas la compañía.

-Fue un trato para que no me mataras ¿Recuerdas? Sólo eres un inquilino, por así decirlo, no te dejé porque me cayeras bien o porque tuviera compasión. La tuve cuando estabas enfermo pero ya no. Si te quedas está bien y si más adelante te quieres ir, me da igual. No creas que seremos amigos o algo por el estilo.

No place like home: MonstersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora