Mi Estúpido Diario

Veintidós

-¡Zoe! ¿Donde esta tu diario? ¡Hace un mes que no lo veo!

-Ni siquiera me acordaba de ese diario -Murmuró Zoe mientras trataba de aguantar la risa ante la repentina y rara reacción de su madre.

-¡Busca ese diario ahora! -su mamá señaló las escaleras por donde se podía ir a su cuarto- ¡Todas las revistas de chismes las he leído, y no vuelven a salir hasta el próximo mes! ¡Debo entretenerme con algo!

Zoe suspiró y subió la escalera lentamente, no quería escribir en ese "Estúpido Diario que no le importaba ni un pepino", como solía decir.

Al llegar a su habitación vio todo el desorden que había y suspiró aliviada de que su madre no hubiera entrado. Posteriomente, buscó en cada esquina de su habitación ese "Estúpido Diario" y lo encontró bajo su cama.

Lo sacó, lo abrió, tomó un bolígrafo que se encontraba por ahí y empezó a escribir, mientras se sentaba en su cama.

Hola, Estúpido Diario.

¿Que tal?

Todo aquí esta aburrido.

Adiós, Estúpido Diario.

No me importas un pepino,

Zoe.