Veintiocho

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Querido y Estúpido Diario,

Ya le dije a mamá.

Y realmente me arrepiento.

No describiré cada detalle pero, en resumen, le dio un ataque de felicidad y por poco empieza a ver vestidos para bailes en Internet. Luego siguió con frases tipo "Mi niña está creciendo", "Todavía recuerdo cuando te cambiaba los pañales" y "Pronto seré abuela".

Y cuando le expliqué quien era el chico en cuestión, dijo: "Así empezaron tus abuelos, y ya ves, tuvieron cinco hijos".

Mi mamá no es normal.

Y Josh tampoco, porque cuando le conté la reacción de mi madre, el afirmó estaba de acuerdo y comenzó a reírse.

Creo que tu, Diario, eres lo único normal aquí...

—¡No, no! ¿Qué? ¡No! ¿Donde está el corrector? Necesito borrar esa última línea —exclamó Zoe.

Buscó y buscó, pero no encontró el corrector. Justo ahora se odiaba por escribir con bolígrafo y por no ordenar su habitación.

—Yo odio ese diario, yo odio ese diario... —se repetía una y otra vez. Se volvió a levantar y pateó fuerte su escritorio.

—¡Zoe! ¿Que pasa? —la llamó su mamá al otro lado de la puerta de su habitación.

—¡Nada! —se calmó un poco, pensando que su mamá no tenía la culpa de su repentino enojo y luego trató de hablar con tranquilidad— Nada... So-solo vi a una... cucaracha.

—No te creo, abre la puerta.

—Rayos —susurró Zoe. Tomó su Diario y lo escondió en su mochila del colegio, luego le abrió la puerta a su madre.

—¿Que te pasó, hija? — le preguntó preocupada sentándose en la cama. Pero, al ver que ella no respondía, temió lo peor— ¿De nuevo los ataques de ira? Pensaba que ya los había controlado, recuerda que el diario es para eso: Para que te desahogues.

Zoe apretó los labios y asintió, con el único propósito de calmar a su madre.

Si ella sólo hubiera sabido que el diario el problema...

Mi Estúpido DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora