11 de Febrero

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He redondeado esquinas

para no encontrar monstruos a la vuelta

y me han atacado por la espalda.

He lamido mi cara cuando lloraba

para recordar el sabor del mar

y solo he sentido escozor en los ojos.

He esperado de brazos cruzados

para abrazarme

y me he dado de bruces

contra mi propio cuerpo.

He mentido tanto

que cuando he dicho la verdad

no me he creído.

He huido

con los ojos abiertos

y el pasado me ha alcanzado.

He aceptado

con los ojos cerrados

cofres vacíos

y se me han ensuciado las manos.

He escrito mi vida

y no me he reconocido.

He querido tanto

que me he olvidado.

He olvidado tanto

que me he dejado de querer.

Pero he muerto tantas veces

que ahora sé resucitar

-la vida es quien tiene la última palabra-.

He llorado tanto

que se me han hecho los ojos agua

cuando he reído,

y me he besado.

He fallado tantas veces

que ahora sé cómo discernir los aciertos de lo inevitable.

He sido derrotada por mí misma

con dolor y consciencia,

pero la vuelta a casa ha sido tan dulce

que me he dejado ganar

-prefiero mi consuelo

que el aplauso-.

He perdido el rumbo

pero he conocido la vida en el camino.

He caído

pero he visto estrellas en mi descenso

y el desplome ha sido un sueño.

He sangrado,

pero todas mis espinas

han evolucionado a rosa.

Y ahora

mi vida

huele a flor.  

Todo lo que no dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora