Indecisas.
Perdidas y apresuradas.
Inspiradas por una canción de fondo bastante pasada de moda. Algunas sin sentido. Otras apasionadas. Simplemente palabras que intentan enlazarse con la anterior, sin conseguirlo.
Sueñan con aspirar a algo más que palabras, con cobrar vidas, con ser inventadas. No soy más que pintora de palabras en blanco y negro.
Soy música de letras, compás a compás, punto tras punto, coma por coma. Escribiendo la canción de la vida, la de las rimas indecisas y los suspiros.
Escribiendo todo aquello que pretendo vivir. O siendo el fuego que quema aquello preparado para arder. Llamas y cenizas. Que vuelan libres, sin necesidad de alas.
Y aquí estamos nosotros, atados por la gravedad, pesos plumas de millones de toneladas, que creen ser libres, pobres ignorantes.
Envejecemos como rimas, seguimos indecisas, perdidas y apresuradas.
Sin reparar en el paso del tiempo a la velocidad de la luz. Tampoco en los pequeños detalles, en las sonrisas, en las lágrimas, en los últimos baños del verano y las primeras luces de navidad. Vivimos ignorando lo importante y admirando lo que creemos que lo es.
Pero hay algo que nos diferencia de las rimas, nosotros no somos como esas palabras que intentan enlazarse con la anterior.
Somos seres independientes. Desgraciadamente independientes. Con vidas paralelas pero no concurrentes. Que nunca se cruzan ni se tocan. Somos números sin sumas entre nosotros. Somos los peores animales de la tierra, los únicos que se matan entre sí, que luchan para extinguir la especie.
Indecisas. Perdidas y apresuradas. Inspiradas en todo aquello que me rodea, en la mugre que todo lo cubre, en el viento que todo lo barre.
ESTÁS LEYENDO
Todo lo que no dije
RandomY se feliz. Pero no por alguien. Tampoco por algo. Quizás con alguien. Nada de eso; sé feliz porque, al fin y al cabo, es lo que te mereces. Todos necesitamos una dosis de poesía al día,o simplemente alejarnos de esta rutina que arrastramos durante...