Relatos Gay

Y en tu ausencia

Hola. Antes de comenzar a leer este relato tengo que hacer una pequeña advertencia. Este relato contiene INCESTO (hermanoXhermano) así como leve contenido sexual. Es todo. SI disfrutan este tipo de temáticas, adelante, si no, prometo que pronto estaré subiendo un relato más "normal".

Es todo por ahora.

Atte.

Seiren.

Hubo un tiempo en el que despertaba todas las madrugadas aproximadamente a la misma hora. Apenas podía distinguir si estaba dormido o despierto, por alguna razón sólo era consciente del tiempo que lo envolvía. Su cuerpo comenzaba a cosquillear, lo que lo hacía sentir culpable. Se cubría con la sábana dejando únicamente al descubierto ambos pies, como si esperara un castigo.

Despertaba por la mañana y por un momento la culpa desaparecía. Desayunaba con su madre y su padre a veces, otras, solo; tomaba su mochila, se despedía cuando había que hacerlo, y montaba su bicicleta. Al llegar a la colina de "El destripado", volvía a sentir la culpa, se bajaba de la bicicleta porque nunca conseguía pedalear lo suficiente como para vencer la colina (o más bien no quería), y caminaba hasta dos cuadras más allá de pasarla.

Ésta se convirtió en la rutina de Karl desde el día que besó a Darien; lo sentía así no porque nunca antes hubiera pasado por ese lugar o levantado a medianoche o desayunado o no con sus padres; lo sentía así por la culpa. Darien estaba ya en la universidad, su segundo año, casi tercero, y se había acostumbrado tanto a su nueva vida que ya casi no los visitaba. No era algo nuevo, como hermano mayor estaba más habituado a vivir lejos; pero esta continua ausencia le provocó a Karl tanto desconcierto, que todos sus sentimientos —pasados y presentes— se mezclaron y arremolinaron desordenando por completo todo lo que hasta ese momento había sentido como verdadero.

El miedo se había apoderado de él, temía que Darien hablara, que sus padres lo mandaran a un psicólogo para que éste le dijera lo que él mismo ya sospechaba: que estaba loco, que solo los locos andan por ahí besando a sus hermanos de manera tan no fraternal. Tendría que hablar al respecto pero nadie le creería, no podía decir que estaba enamorado de su hermano mayor.

Los días pasaron y la llamada que Karl tanto temía y esperaba nunca llegó. Con el paso de las semanas comenzó a dormir nuevamente en paz, con los pies bien cubiertos. Tal vez Darien ya lo había olvidado.

Llegó el verano, un verano después, todo un año de ausencia y más ausencia. A Karl no le pasó desapercibido el distanciamiento de su hermano, pero lo dejó pasar, comprendía el motivo y consolaba a sus padres, que no sabían nada. Pero sus padres precisamente por no saber nada le insistieron a Darien que pasara las vacaciones con ellos. Darien aceptó a pesar de que sabía que le iba a tocar compartir habitación con su hermano menor. Eran unas pocas semanas nada más, nada podría salir mal. Nada tendría que salir mal.