14/11/15
Querida Diana,
Aproveché que fuiste a tú juego de canasta para reflexionar.
Me he visto en el espejo por horas; me he estado preguntando, ¿Qué te ha dejado de gustar en mí?
¿Serán mis canas en el cabello, producto de tantos años trabajando para ti?
¿Será mi cuerpo que ya no he podido someter en el gimnasio por mi edad?
¿Será que mis arrugas te parecen anti estéticas?
¿O será mi edad que no se ajusta a tus exigencias?
Porque, cariño
A mi me gusta tu cabello, y me fascina contarte las canas cuando duermes; sabes que mi mayor sueño siempre fue envejecer contigo.
Tú cuerpo ya no es como cuando estabas joven, pero es perfecto para mí.
Las arrugas que se te forman al fruncir el ceño son adorables, y sólo quiero hacerte enojar para verlas.
Mi estrella, dime, ¿Qué te ha dejado de gustar en este viejo?
Porque yo por ti estoy dispuesto a dejar de comer para verme más apuesto.
Por ti, pintaría mis canas.
Por ti, querida, sería capaz de robar un banco para comprarte lo que necesitas.
Sólo dime, dime por favor,
¿Qué hice mal?
Y te juro, que lo arreglaré.
Con mucho cariño,
Tú aún príncipe, Peter.
ESTÁS LEYENDO
Promesas rotas.
Short Story«No puedo creer que me hayas decepcionado. ¿Lo peor del caso? Es que entre las sombras, seguiré siendo tú tonto» Tras casi diecisiete años, el matrimonio de Peter y Diana siempre fue de ensueño; todo aquel que les conociera aseguraría ciegamente que...