Testamento Ológrafo de Arthur Frederick Vont Robinson
Yo Arthur Frederick Vont Robinson por la presente manifiesto mi voluntad expresa de hacer mi testamento, nombrando heredera de todos mis bienes a mi querida y adorada nieta Alissa V. Robinson. Sé que en este momento no te encuentras bien y te parecerá raro lo que voy a pedirte, como un último favor quiero pedirte que juegues conmigo como lo hacías cuando de pequeña te llevaba a todos mis viajes, y siempre tenías esa sonrisa que hacía que se te iluminara el rostro, cuando te pedía que buscaras los tesoros que estaban escondidos; en esta ocasión tus padres y yo vamos hacer parte vital del juego además de que siempre velaremos por ti de eso no tengas dudas.
Los objetos de esta búsqueda del tesoro son los siguientes:
1.- En la primera fase tendrás que asistir a una reunión con Blanca y André Oliveira que viven en Brasil, eran buenos amigos de tus padres, de ellos tendrás que obtener una fotografía de tus padres tomada en ese lugar, solo ellos pueden dártela.
2.- Posteriormente tendrás que viajar a Italia donde se encuentra una pintura de Sandro Botticelli que reconocerás de inmediato ya que en salón del segundo piso hay una réplica; nunca te lo mencione pero era la favorita de tu madre. Por lo tanto me gustaría que conocieras sus orígenes y de esa manera entender con otra perspectiva el amor al arte que tu madre tenía.
3.- El tercer objeto de la búsqueda es el Sash* que tu padre utilizó el día de la boda con tu madre, ese objeto se encuentra aquí en casa y podrás reconocerlo gracias a las fotografías de ellos juntos.
4.- El cuarto objeto es el medallón que te fue heredado de tu bisabuela, solo tendrás que tomarlo de donde lo guardas tan celosamente.
5.- Y por último pero no menos importante tendrás que viajar a Corea del Sur, con mi buen amigo Choi Jae Hyun él podría decirte donde buscar el libro de poemas Flor y oro, que es uno de mis favoritos y en el encontrarás una última petición de mi parte para poder ver de nuevo esa sonrisa tuya tan característica.
Todas y cada una de las fases las tendrás que cumplir con un tiempo determinado que yo te iré indicando posteriormente.
● ● ●
— En el me pedía que hiciera un último juego con él, una "Búsqueda del tesoro", — ella sonrió al decir las palabras — y por cada objeto que yo obtuviera me hacía llegar una carta donde me explicaba el porqué de cada objeto, la semana pasada recibí la última carta en la me decía que era el momento de que encontrara el último objeto que es uno de estos libros — señalando la larga lista de libros que Donghae aún tenía en la mano.
— ¡Vaya! no sé qué decirte...tal parece que tu abuelo se tomó muchas molestias al hacer eso.
— ¡Si puede ser! pero es su forma de decirme que aún está conmigo, él era la única familia que me quedaba y siempre vio por mí, además que de niña siempre hacíamos este juego y nos divertíamos mucho.
Justo en ese momento el teléfono de Donghae volvió a sonar y lo regresó a la realidad, ya que todavía tenía asuntos pendientes que resolver; mientras tanto Alissa comenzaba a revisar los libros, él le mencionó que tenía que dejarla ya que su padre lo necesitaba con urgencia, se despidió de ella pero se prometió así mismo que la ayudaría a encontrar el libro correcto, ya que quería volver a verla y conocerla mejor.
* * *
Alissa se quedó un par de horas en la biblioteca, debido a que su viaje tardaría más de lo esperado considero que estaría mejor en un lugar más privado y optó por buscar un departamento en renta. Gracias a la ayuda del Sr. Choi encontró un lugar a las afueras de Seúl, era fácil de llegar y se encontraba de camino al aeropuerto.
El departamento era pequeño pero amueblado; ahí conoció a sus nuevos vecinos pero la que más le llamaba la atención era una chica francesa que vivía con su esposo, ellos tenían alrededor de 3 años viviendo en Corea. Debido al trabajo de él, ella pasaba mucho tiempo sola en el departamento, su nombre era Elise y se volvió una buena amiga de Alissa al pasar de los días.
— Oye Ali ¿te gustaría ir a comer conmigo? a un restaurante nuevo de comida francesa, que acaban de abrir en el centro, quiero comprobar por mí misma el sabor de los platillos.
— Claro solo dame un minuto y nos vamos— dijo Alissa mientras terminaba de colocarse una bufanda y retocaba su peinado.
Ambas chicas no solo fueron a comer si no que pasaron de una tienda a otra, ya que Elise solía salir sola y conocía bien la ciudad; Alissa disfrutaba la compañía de Elise porque tenía una personalidad muy parecida a la de ella aunque era unos años mayor que ella.
— Y después de todo lo que me has contado, aún no me has dicho si has vuelto a ver a ese chico del que me hablaste — dice Elise mientras miraba pícaramente a Ali.
— Si lo he visto en un par de ocasiones desde que llegué aquí... ¡Puedes creer que me ha estado ayudando con algunos libros!— dijo Ali emocionada y sorprendida.
— ¡Así! — dijo Elise mientras subía y bajaba las cejas y sonríe.
— ¡Estas loca! Yo no lo veo de esa manera — dijo Ali sonrojándose.
— ¡Aja! Si como no, si mira cómo te pones nada más de mencionarlo.
— Claro que no — dijo ella haciendo puchero— debo aceptar que es lindo, si...pero nada más.
— ¿Solo lindo?
— Está bien.... Bastante guapo diría yo.
— ¡Ves! Lo imaginaba te gusta — dijo señalándole.
— ¡Ya! Mejor regresemos — dijo sonrojándose aún más e incorporándose de la banca donde estaba sentada.
— No me cambies el tema — dijo Elise tomándola del brazo mientras caminaba de regreso al departamento.
Al día siguiente Donghae estaba de nuevo en la biblioteca esperando a que llegara Alissa, por alguna extraña razón se sentía nervioso y no dejaba de pensar en ella y en lo bien que estaban empezando a llevarse, además del hecho de que ella le parecía como una brisa fresca comparada con todo lo que tenía él que hacer, ya que casi siempre estaba ocupado, pero siempre hacía espacio para poder verla.
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Entra en mi vida [Lee Donghae]
RomanceCuando Alissa Robinson llega a Corea para encontrar la última pieza del testamento de su querido abuelo, no se imaginaba que no solo eso iba a encontrar, sino que también tendría que defender un amor que floreció de la manera más accidentada que se...