Entra en mi vida [Lee Donghae]

Capitulo 10

6 meses después...

Habían pasado 6 meses de la abrupta salida de Ali de Corea, ahora se encontraba establecida en Italia para ser exactos en Florencia, lugar donde encontró la pintura favorita de su madre, y donde ella estudio el arte del renacimiento; aunque había logrado establecerse sentía como si una parte de ella se hubiera quedado en Corea, una parte que cada vez que recordaba, hacia que sus ojos se humedecieran, no había podido ser la misma desde ese día.

Ahora trabajaba en un pequeño local de ventas de antigüedades cerca de La Piazza della Signoria (La plaza de la Señoría) con otras dos personas más. De vez en cuando hablaba con Elise, que le contó que después que ella se marchara dos meses después volvieron a trasferir a su esposo, ahora vivían nuevamente en Francia cerca de la casa de sus padres. Todo parecía como si el mundo conspirara para borrar cualquier recuerdo de haberse encontrado alguna vez con Donghae, pero ella sabía en su corazón que no sería nada fácil de olvidar; principalmente porque casi todas las noches soñaba con él.

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Donghae había perdido la luz de sus ojos parecía como si nada de lo que le ocurriera le importaba, si antes era un controlador excesivo, ahora parecía más bien un robot reprogramado, se lamentaba enormemente no poder haberle explicado a Ali lo que había sucedido el día de su cumpleaños, ciertamente el sabia de la presencia de Yang Mi Park pero lo que no sabía era acerca de la supuesta propuesta de matrimonio que sus padres habían arreglado con los padres de ella; la había vuelto a ver en un par de ocasiones en su empresa, ya que ella era la que se encargaba de hacer los enlaces legales de la empresa de sus padres por ser una abogada muy sagaz, e incluso solo había comido con ella por negocios en dos ocasiones ya que se estaba planeando una fusión con la empresa de los padres de ella pero nada más.

Le atormentaban los recuerdos de Ali al ver su rostro lloroso cuando se estaba marchando de la recepción, pero lo que más odiaba y le dolía era ver la decepción en la mirada de ella; había corrido tras ella para poder explicarle el malentendido pero ella no le dio oportunidad de ello. Había intentado comunicarse con ella pero había sido inútil, fue a buscarla, pero su sorpresa fue mayúscula cuando al llegar al departamento le informaran que ella había dejado el lugar, e incluso había tratado de sonsacarle algo de su paradero a Elise la cual se negó diciendo que ella no sabía nada. Y un nuevo golpe sintió cuando Elise le dijera que se iba del país y que ya no volvería.

Por supuesto el matrimonio no se efectuó, él consiguió que la fusión se realizara gracias a que Yang Mi Park le dijera que ella realmente estaba comprometida con otra persona y después de hacer su trabajo regresó a EU con su prometido. Todo había sido planeado por los padres de él para alejar definitivamente a Ali de Donghae.

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— Ali...Ali...Ali te estoy hablando — dijo Fiorella una de las empleadas de la tienda de antigüedades mientras agitaba su mano en frente del rostro de Ali.

— Ah...si — dijo Ali regresando al presente — ¿qué me decías?

— Pero qué te pasa, hoy...has estado más distraída que de costumbre.

— Perdóname es que estaba recordando algo que olvide — le dijo Ali tratando de esquivarla.

— ¿Recordando algo que olvidaste o más bien a alguien? — dijo cavilando su respuesta.

— Mira no tiene importancia... ¿qué era lo que querías?

— Pues veras...quisiera saber si me puedes hacer un favor — dijo Fiorella en tono de súplica.

— Qué clase de favor — dijo Ali a sabiendas de lo que la otra le diría.

— Lo que sucede es que mi novio Angelo consiguió entradas para el concierto de la orquesta sinfónica y...

— Quieres saber si te puedo cubrir...no es así.

— ¿Lo harías?...por favor...te lo ruego — dijo Fiorella colocando sus manos en señal de súplica.

— Está bien...pero que conste que esta será la última vez.

— Te lo prometo — dijo Fiorella alzando su brazo derecho.

Ali ya estaba acostumbrada a que Fiorella le pidiera esta clase de favores pero aunque al principio no le simpatizaba el novio de esta, porque siempre la citaba en horarios laborales, había terminado con resignarse y aceptarlo de todos modos.

— Una última cosita más — le dijo Fiorella.

— ¿Y ahora qué? — dijo Ali volteando los ojos.

— Lo que pasa es que el señor Pietro Cavalcanti me pidió que le llevara la muñeca que compró el otro día. Ya está pagada, no se la llevó porque es un presente para su esposa.

— ¿A ver dónde está la dichosa muñeca?

Después de cerrar el local Ali se fue a entregar la muñeca del Sr. Pietro a la dirección que le dijo Fiorella, la cual era cerca del local así que decidió irse caminado y disfrutar del paisaje de paso; al entregar la muñeca el Sr Pietro le agradeció y le dijo que se llevara un paraguas ya que parecía que iba a caer un diluvio pero Ali no quiso aceptarlo.

Regresando sus pasos decidió pasar por un parque que había visto en la lejanía y quiso descansar un momento en una de las bancas, pero nuevamente los recuerdo volvieron a inundarla al ver una pareja que se besaba y al sentir las gotas de lluvia comenzaron a correr para protegerse; Ali solo se quedó allí sentada mirando al cielo viendo caer la lluvia que al mismo tiempo lavaba las lágrimas que corrían por sus mejillas; y al bajar la mirada al suelo la lluvia comenzó aún más fuerte y no fue hasta unos minutos después que Ali logró distinguir un par de zapatos justo en frente de ella.

Al ir levantando la vista y ver a la persona que estaba en frente de ella, casi se cae de la banca de la impresión ya que justo en frente de ella se encontraba...

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Quiero agradecer a todos ustedes que se toman la molestia de leer esta historia.

De todo corazón muchas gracias.